Lo que cabía esperar

Publicado el 05 abril 2015 por Sylvia
Cuando alguien me pregunta "¿cómo estás?", respondo que bien... o que estoy enorme, pero bien. Porque estoy muy bien, gracias a Dios; sin complicaciones. Mi niña crece conforme a lo esperado, y en sintonía: a mi cuerpo le pasa nada más que lo que cabía esperar. Así que estoy bien, pero en ese "bien", "lo que cabía esperar"es incómodo.
No es malestar -como si sentía en el primer trimestre-. La experiencia me deja "estar bien", y aunque sea por pura sugestión: el movimiento de mi bebé me da un gusto que cubre de amor lo difícil y vuelve el rato bonito. Es simplemente incómodo; no me gusta estar repitiéndolo, pero un blog personal es un buen espacio para la catarsis, así que he aquí esta entrada.
Ya estoy por encima de la comezón y los pequeños dolores; a la primera la mantengo a raya con aceite, y los segundos no me hacen ruido porque los he tenido mucho mayores. El protagonismo se lo lleva la pesadez. Hay momentos de la mañana y de la tarde-noche, en los que siento que es realmente difícil levantar cada pierna para dar un paso. Si estoy en la cama, cambiar de posición se siente como antes se sentía hacer ejercicio; antes, porque ahora hacer ejercicio es una prueba extrema de voluntad y resistencia.
Pienso que esto puede tener dos propósitos. Primero, las pequeñas vanidades ofendidas del inicio del tercer trimestre, se han ido lejos. Luego: así voy a estar contenta con parir.
Silvia Parque