- Niña Pequeña, no hace falta hablar todo el tiempo. ¿No puedes callar un minuto? -dice Mamá.
- No, mamá, no puedo: es que lo digo es importante -contesta.
Se para un segundo, con el pincel en lo alto. Y asegura muy convincente:
- Pero no tú no te preocupes, mamá: en clase no hablo.