Lo que hay que hacer

Vuestros males, no proceden de la clase política, de las instituciones corruptas y antidemocráticas. Vuestros males provienen de la indignidad, indigencia cultural e intelectual que como personas y ciudadanos atesoráis. Abyección moral y ética que asume con toda tranquilidad, por ejemplo, el asunto de los ERES. Caso que no sólo presupone delito político y social, sino la prevaricación y delito de Estado en estado puro, con el agravante de que se hace cuando millones de personas y de familias, no tienen dinero ni para comer. ¡Y no pasa nada!

Serviles lacayos y árbitros de la burocracia como casta dominante al servicio del poder financiero, se elevan por encima del régimen por ellos mismo establecido  reduciéndolo a una sombra de las posibilidades que a su alcance tuvieron.

El régimen partitocrático español que surge en 1975 es bonapartismo. La explosión que el bonapartismo quiere evitar a toda costa es la de la libertad de los súbditos que acaudilla.

Por eso votar es engrandecer un régimen político tirano, avasallador y oprimente. Votar es legitimar, encubrir todo tipo de corrupción y rapiña. Es ser cómplices de corruptos, y traidores hacia sí mismos. En vosotros se encuentra asentado el espíritu del esclavo. Sois una sociedad andrógina irreparable que veis a los vuestros pasar hambre y no os inmutáis. Esto solo puede ser consentido por lacayos, por súbditos sumisos y abyectos. Buen caldo de cultivo para un futuro prometedor.

España necesita para su supervivencia ser una nación cohesionada en la que los representantes políticos surjan de la sociedad civil y los españoles se puedan ver reflejados en ellos, puedan atarlos en corto y exigirles puntual responsabilidad en su caso. Para lograrlo hay que empezar por no votar y salir a la calle exigiendo, que no pidiendo, un período constituyente para que entre todos decidamos qué forma de gobierno, qué régimen político nos es más conveniente. Islandia es el ejemplo.