En medio de Sao Pablo expuso hace poco Vermelho, un artista del medio. Edad media, figura media y sus obras un poco así también: medio de acá medio de allá. Es decir: a un lado un ángel al otro un diablito, y uno, (y él), en el medio; enfrentando al viejo dilema entre el bien y el mal; esa conquista que viene al final de la infancia donde los buenos no son tan buenos y los malos no son tan malos. Bueno saberlo en todo caso.
Gracias Vermelho por sacarnos del mundo cándido de prejuicios infantiles, las cosas no son como parecen, si hay huecos grandes en la existencia queremos verlos y enfrentarlos. Ah, y gracias también por tu ejemplo de no comer carne, tus obras contra la experimentación animal y tu participación decidida en las ya tradicionales fiestas de la Revolução da Colher en el centro Vrinda de Sao Pablo. Hay cosas relativas como el bien y el mal, a ratos, y cosas muy claras que no hay que darles más vueltas, como que los animales no se comen. Ahí está el paquete completo para salir de la infancia. Hasta un angelito, digo un diablito, lo sabe.
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