Había mencionado que siento los movimientos de mi bebé. Pero no hay punto de comparación con lo que siento ahora, que su tamaño y su fuerza hacen que los movimientos, incluso se vean. Es tan extraño como agradable. Yo lo disfruto muchísimo, hasta cuando provoca que algo que no sé, se me estire, y duela.
Me queda claro que si ahora es difícil acomodarme para dormir, y mis propios movimientos van viéndose limitados, cuando la panza siga creciendo, eso va a "ir a más". Sin embargo, sobre todo cuando la siento, quisiera, de algún modo, que se quedara ahí dentro. Digo "de algún modo", por tener cuidado con mis deseos, porque por supuesto, quiero que nazca y verla crecer. Pero en el fondo, en mi interior, siento que ya la conozco y que adentro está muy bien. Ya hasta la he visto crecida, en mis sueños, así que no tengo curiosidad... La estoy queriendo para mí, y sé que no me pertenece, así que renuncio al deseo, pero de que lo he sentido: lo siento...
He tenido esas pláticas sobre las mujeres que tenían diez, once, quince hijos, y he dicho aquello de "todos esos años embarazadas". Porque el embarazo es fabuloso, un milagro, y todo eso; pero no precisamente un dulce, aunque traiga consigo momentos dulces. No obstante, si pudiera llevarla conmigo un año, tres años... o diez. ¡Gran tontería!, pero si se pudiera...
Los primeros meses del embarazo, supe que, a diferencia de otras mamás, yo no sentia que ella y yo fuéramos "una misma". Primero me sentí invadida; luego, de un modo más amable, sentí mi cuerpo compartido; pero no he sentido que sea "parte de mí": siempre la he sentido "ella", hasta con sus propios gustos: con su voluntad. Pensé que tal vez, las mujeres que se sentían en fusión con su producto serían más propensas a cursar con depresión post-parto, y pensé que yo no tendría problema en experimentar cómo la inquilina procedía a ocupar su propio espacio en el mundo, acá afuera -donde por cierto, seguiría dependiendo de mí-. Ahora sé que será una renuncia. No voy a sufrir por eso; sobre todo, porque ya me voy ocupando; pero será una renuncia.
Silvia Parque