Lo que queda de mí

Lo que queda de mí
(What's Left Of Me)
de Kat Zhang
Crónicas Híbridas
1.- Lo que queda de mí
2.- Once We Were
3.- Echoes Of Us

Addie y Eva son dos hermanas que están tardando en asentarse, para gran preocupación de sus padres. Así que cuando Addie da muestras de convertirse en el alma dominante, todos sienten un gran alivio. Sin embargo, Eva nunca llega a desaparecer. Su cuerpo no le obedece, pero ella sigue allí, y solo Addie lo sabe. Y, cuando descubre que existe la posibilidad de volver a caminar, a reír, a cantar… Se aferra a ella con todas sus fuerzas.

Cuando me enteré de que esta iba a ser la apuesta juvenil del año de Maeva, me alegré mucho. No sabía mucho sobre la trama de la novela, ni tampoco había leído ninguna reseña, pero lo que nos contaron en la visita a la editorial fue suficiente como para que necesitara leerlo. Es cierto que parte del argumento me recordaba un poco a The Host, de Stephenie Meyer, pero quería leerla de todos modos. No me arrepiento en absoluto de haberlo hecho.
Antes que nada: aunque pueda parecerlo, Lo que queda de mí no es una distopía. Más bien, se sitúa en una especie de realidad alternativa. En esta realidad, el mundo es más o menos como ahora (aunque su historia es muy distinta), pero con una gran diferencia: todas las personas nacen con dos almas dentro de un mismo cuerpo, y una de ellas acaba desapareciendo según van creciendo. Es lo que llaman «asentarse». Sin embargo hay personas que no se asientan, y esos son los peligrosos híbridos, temidos y odiados por toda la sociedad. 
La protagonista es Eva, una chica atrapada en el cuerpo de su hermana. Addie es el alma dominante, pero Eva no ha desaparecido como es lo habitual, sino que sigue ahí dentro, en algún sitio. Esta es la similitud que tiene la historia con The Host, pero es la única. De hecho, los contextos son totalmente distintos: en la novela de Meyer la protagonista es un alien que ha ocupado el cuerpo de una humana cuya conciencia se niega a desaparecer, mientras que en la de Zhang la protagonista es una chica que ha nacido en el mismo cuerpo de su hermana y ha quedado relegada a un segundo plano. 
Algo que me ha gustado mucho ha sido la relación entre las dos hermanas. Es cierto que en ocasiones me costaba un poco distinguir sus voces, pero en general tenían personalidades bien definidas que hacían muy interesante ver cómo evolucionaba su relación mientras Eva comenzaba a recobrar el control poco a poco. Lo mismo pasa con el resto de los híbridos, que en general resultaban bastante diferentes dependiendo de quién fuera el alma que tuviera el control.
El mundo de la historia es otra cosa que me ha gustado mucho. Como decía antes, se trata de una especie de versión alternativa del nuestro, y en una época en la que las distopías abundan tanto en la literatura juvenil, esto es un verdadero soplo de aire fresco. Me ha gustado mucho cómo la autora trata el tema de que fuera de los Estados Unidos el mundo es un caos, pero dejando caer que no es así en absoluto, así que espero que conozcamos más de este mundo en la segunda parte.
Como punto negativo, a veces me ha parecido que se notaba un poquito la inexperiencia del autora. Aunque es impresionante que su primera novela haya salido así, lo cierto es que me he quedado con la sensación de que algunos temas o situaciones podrían haberse explotado un poco mejor para obtener un resultado más redondo. Esto se aplica sobre todo a la trama, pues durante el segundo tercio del libro se estanca un poco. No es que sea lento, sino que prácticamente no avanza. 
Por suerte, las relaciones entre los personajes (especialmente las dos hermanas) son lo bastante interesantes como para seguir leyendo, aunque quizás la historia no llegue a enganchar de forma brutal como otras novelas que he leído últimamente. Y hablando de las relaciones: a los que estéis cansados de relaciones amorosas clónicas en todas las novelas juveniles, aquí encontraréis una que se sale del molde. La relación principal de de la historia tiene tan poca importancia dentro de la trama que no llega a entorpecer la trama en ningún momento, sino que la autora se centra en lo que tiene que centrarse. Bravo por ello. Además, dada la trama, hubiera sido muy fácil utilizar el recurso de los triángulos o los cuadrados amorosos (hablo por ti, Meyer), pero a Kat Zhang no le ha hecho falta para lograr una historia interesante. Nuevamente, bravo.
En definitiva, Lo que queda de mí es una novela que no está exenta de fallos, pero me ha dejado con un muy buen sabor de boca de todos modos. Es una historia algo diferente a lo que se suele publicar, así que por eso ya merece la pena darle una op Tengo la sensación de que lo mejor está aún por llegar, así que espero que Maeva no tarde demasiado en traernos la segunda parte.