Debo decir a efectos de las pura verdad que me paercio un peliculón, de punta a punta, digno de entrar en la selecta lista de films que me gusta ver de nuevo al poco tiempo de su estreno. Es decir, me gustó todo el largometraje, pero quisiera hacer estos sesgados énfasis que me parecen reseñables. En primer lugar me parece formidable que la vida de un científico se convierta en un éxito mundial de taquillas, mas allá de los aspectos comerciales obvios cuando hablamos de Hollywood. Hay un hecho obvio y es que la historia de la bomba es uno de los episodios mas atrapantes de la Segunda Guerra Mundial, y del inicio de la segunda mitad del Siglo XX, Guerra Fría incluida. Cuando vemos Oppenheimer asistimos a una de las tragedias mas grandes de la Humanidad, no solo por su legado de destrucción, la primera y única vez en la que se utilizó armamento nuclear en un conflicto bélico fue la mayor masacre de la historia. La tragedia perpetrada en Hiroshima y luego en Nagasaki nos persigue hoy día, en que aún un conflicto bélico nuclear es una posibilidad real, y que de ser así se realizaría a una escala y magnitud que los científicos del Proyecto Manhattan no pudieron imaginar. Oppenheimer y los científicos del proyecto que fueron conscientes de esta consecuencia han sido claramente representados en la película. El fuego de Prometeo que nació tras la prueba Trinity es entonces uno de los dilemas éticos mayores para los científicos de todo el mundo y de todos los tiempos. Creo que no se ha reflexionado lo suficiente en los niveles de cursos de grado sobre este tema, que obviamente ademas y por si fuera poco escapa del interés específico entre los especialistas.
La redención posterior de Oppenheimer al oponerse al desarrollo de la bomba de hidrógeno y su militancia contra la carrera armamentística que el Proyecto Manhattan había iniciado, es otro logro de Nolan y realmente esta muy bien dramatizada. Este profundo gesto, muy propio de nuestra cultura judeo-cristiana, esta basada en la tesis, que Nolan enfatiza en palabras de su esposa, de que en cierta forma Oppenheimer se expuso como mártir en plena ola de macartismo como forma de expiación. Personalmente creo que el Oppenheimer post Hiroshima es totalmente coherente con el físico que apoyó la causa republicana en la Guerra Civil Española.
Hay un justo balance en el papel de algunos de los científicos clave en la realización del proyecto, incluyendo la famosa carta que Einstein y Szilárd enviaran a F.D. Roosvelt en una fecha tan temprana como 1938. El film tiene la valentía de mostrar a un Einstein derrotado: en los años finales de su vida, y eso aunque represente un breve instante de la película es meritorio porque contribuye a tener una imagen mas realista e históricamente correcta de uno de los científicos mas mistificados de la historia. Aún asi la sensación de que con esta película no basta es mas que justa. No solo por la cantidad de científicos involucrados, tanto en el proyecto norteamericano como en el esfuerzo nazi homólogo, sino por la gran riqueza de personalidades y trayectorias que convergieron en ese período histórico. Me causó mucha gracia el personaje de Feynman, que básicamente apareció en todas las escenas haciendo esto, que tanto le gustaba, la vida de este ripo realmente merece un película, por decir algo, aunque su papel en el proyecto Manhattan es poco conocido dado la especificidad técnica del mismo, aunque no tanto como sus picardías por el perpetradas y notablemente contadas en sus memorias. Esta película se enmarca en el gran disparate y tragedia del macartismo, coletazo de una postguerra que justamente tuvo su componente antifascista. Hay muchas trayectorias que se desprenden de estos complejos acontecimientos, por ejemplo la infamia del Caso Rosenberg que deben ser contadas una y mil veces en todos los cines del mundo.
El aspecto clave de la película creo se centra en los aspectos ideológicos y políticos de la misma y tienen que ver con la reivindicación de una persona que se jugó el prestigio apoyando la lucha antifascista de la República Española, y que además estaba inequívocamente alineado con un sistema político y social puesto en marcha para terminar con la injusticia y hacer mas humana nuestra Humanidad. La opinión del coronel L. Grooves es absolutmante inequívoca, y está certeramente clara en el film. Que hoy día, en pleno siglo XXI, una película sobre un presunto comunista esté arrasando con las butacas en todo el mundo es un buen síntoma, una señal justa y señalable y por cierto, todo un logo cultural que no hace mas que demostrar la plena vigencia de aquellas ideas puestas en la rueda de la historia en aquel lejano 1917. Cualquier manifestación cultural que represente la confrontación de ideas que Oppenheimer representa es hoy mas necesaria que nunca, y representa el logro mayor de la misma.