Lokura galáktika 2

Anunciaron por la radio una tormenta de besos, y debe ser la que llevo pegada en la comisura de los labios desde que amanece, ésa que me alborota, me moja, y me cala por dentro, y que en el clap clap de mis dedos, con un chasquido de tu corazón haces beso en mis labios bajo un suspiro.

Y es que cuando estoy contigo, cariño mío, ¿qué será que hasta a las truchas les da por bailar tango, y se me desboca el pecho taconeando latidos? Escucha, mi alma, es un tic tac, tic tac... tac, tacatac.

Ayer hablando con las mentiras me dijeron que estás hecho de verdades, que en los puños de tu camisa los gemelos se guiñan un ojo, que mira que me cuesta decirte que de tu boca sólo salen perlas engarzadas diciendo maravillas a raudales, tantas, que los ríos se desbocan por el canalillo de mi pecho y veo a las margaritas desabrochándose los botones, pa tu y mi sonrojo.

¡Ay! que sí, que es invierno, cariño mío, y que con tu voz, se funden todos mis negros vinilos. Que cerquita, y a mi vera, así, apretaítos, pá qué queremos los sueños, que nos dejen despiertos revoloteándonos los sentidos.

Que ayer te compré un Mangata (*) en el mercadillo, mientras me hacía la sueca, para que sigan tus manos la estela que va de mi lengua hasta la cuenca de tu ombligo; y un Fatamorgana en Sicilia que hizo danzar los espaguetis a la rabiata, y si es que hasta la Macarena para de llorar cuando me sonríes. Que eres la alegría de mi huerta, la sal de mi tequila, y la aceitunita traviesa de mi Martini cuando haces saltar la chispita.

Y es que es tenerte y dejar al sueño para otro día, porque al calendario le sobran catorces de febrero y le falta el sol a julio, y solo porque estoy contigo.

Suéltame la melena otra vez, y dime eso tan bonito que va subiendo de mi nuca hasta mi oído, que la nieve se va al deshielo y yo me derrito en susurros.

¿Te había dicho que te quiero? Pues nada, que aunque no sea de decirlo, ahorita mismo te lo digo: ven, trae, y acércame el oído, y deja que te coma esa oreja a cosquillitas y luego te deje la boca roja como un pimiento de piquillo.

Y espérame ahí, quietecito, -deja de moverte tanto,eh? ;)- que ya voy soltando raíces para volar contigo, venga, que vamos a provocar otra Guerra en las Galaxias,

(*) Mångata (intraducible, como lo que siento por ti...)

En sueco, es el reflejo a modo de camino que deja la luz de la luna sobre el agua.