Por otro lado van saliendo a la luz los casos de pederastia acontecidos en el seno de la Iglesia, sacerdotes que realizaron un juramento de celibato ante Dios y acabaron abusando de la posición de poder que ejercían sobre jóvenes a los que se les encomendó su educación, sacerdotes a los que las palabras "pecado mortal" y "excomunión" les suenan a chino. La pederastia no hace distinciones entre estratos sociales o profesiones, pero nadie podrá negar que si el delito en sí es repugnante, la ocultación del mismo, por parte de quienes se dedican a dar lecciones morales, resulta vomitivo. Y desde el Vaticano escuchamos decir que "nadie ha hecho tanto como el Papa contra la pederastia", cuando el New York Times denuncia que Benedicto XVI encubrió doscientos abusos a menores en Estados Unidos, o que "Dios da la valentía que permite al hombre no dejarse intimidar por las murmuraciones de las opiniones dominantes", en relación a todos aquellos que sacan a la luz lo que ellos se empeñaron en mantener en las tinieblas durante décadas. Yo, en cambio, espero que Dios dé fuerza y valentía, para denunciar a esos verdugos que les destrozaron el alma, a todos aquellos que, desde su infancia, son víctimas de este vergonzoso silencio.
Los abortos de la Iglesia
Publicado el 29 marzo 2010 por AlbertormPor otro lado van saliendo a la luz los casos de pederastia acontecidos en el seno de la Iglesia, sacerdotes que realizaron un juramento de celibato ante Dios y acabaron abusando de la posición de poder que ejercían sobre jóvenes a los que se les encomendó su educación, sacerdotes a los que las palabras "pecado mortal" y "excomunión" les suenan a chino. La pederastia no hace distinciones entre estratos sociales o profesiones, pero nadie podrá negar que si el delito en sí es repugnante, la ocultación del mismo, por parte de quienes se dedican a dar lecciones morales, resulta vomitivo. Y desde el Vaticano escuchamos decir que "nadie ha hecho tanto como el Papa contra la pederastia", cuando el New York Times denuncia que Benedicto XVI encubrió doscientos abusos a menores en Estados Unidos, o que "Dios da la valentía que permite al hombre no dejarse intimidar por las murmuraciones de las opiniones dominantes", en relación a todos aquellos que sacan a la luz lo que ellos se empeñaron en mantener en las tinieblas durante décadas. Yo, en cambio, espero que Dios dé fuerza y valentía, para denunciar a esos verdugos que les destrozaron el alma, a todos aquellos que, desde su infancia, son víctimas de este vergonzoso silencio.
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