Revista Literatura
Los Bersekir (Hombre lobo, II)
Pedro Riera, Edebé, Barcelona, 2012
Los Bersekir, de Pedro Riera, es un esperado título, segunda parte de Hombre lobo, que acaba de editarse. Sin duda, la idea de superar el tópico del licántropo sanguinario y brutal es uno de los ingredientes más atractivos de la historia. Eduardo sería un adolescente normal y corriente, más bien tímido, si no presentase esa particularidad que lo hace diferente y le proporciona una fuerza fuera de lo normal.
En esta segunda parte, encontramos al joven viviendo en una gran ciudad y con una sensación de angustia y asfixia total. No le gusta su nuevo instituto y se siente desplazado; además sus compañeros, en general, se comportan de manera violenta y hostil. Eduardo pasa por ser un chico raro, aunque tiene algún encontronazo con un grupo de cabezas rapadas.
Por otro lado, su padre, deseoso de alejarlo de todo lo que pueda dañarlo, lo tiene confinado en un apartamento, aunque los fines de semana le obliga a convertirse en hombre lobo, lo cual es un suplicio para Eduardo, aunque forme parte de su personalidad.
En esta nueva entrega, Pedro Riera entronca con las leyendas urbanas y establece una curiosa relación entre pasado y modernidad. Los Bersekir es el nombre de una sociedad secreta o milicia creada por el abuelo de Eduardo y cuyas bases se recogen en uno de sus libros. Se trata de un grupo que aceptan la superioridad de los hombres lobo frente a los humanos y que se caracterizan por su especial vestimenta, su peinado y su ferocidad. Están relacionados con los vikingos, ya que el término que los define significa en noruego “piel de oso”. Eduardo parece ser el escogido para liderar a esta banda, aunque él se resiste a su destino.
La novela de Pedro Riera pisa el asfalto más duro, aunque evoca también momentos legendarios e, incluso, ahonda en los sentimientos y en las pasiones encontradas de todos los personajes que desfilan en el relato. Amor, odio, pasión, aventura, deseos de venganza, búsqueda de uno mismo, dolor e impotencia son algunos de los temas que podemos encontrar en el texto.
La prosa de Pedro Riera es fluida y eso permite que el lector se introduzca en la historia que narra sin casi darse cuenta porque, poco a poco, va creando las condiciones necesarias para atraparlo. Domina la narración frente al diálogo, aunque las descripciones son también abundantes. Estructurada en 32 capítulos, Los Bersekir es una especie de sinfonía dolorosa que pone a Eduardo frente a su pasado y le obliga a tomar sus propias decisiones, aunque no sepa muy bien de quién fiarse ni qué hacer. Eduardo continúa su crecimiento particular en esta entrega que termina de una manera abierta con su secreto al descubierto.
Primer capítulo