No, no es una broma de las mías. De hecho no venderles armas se consideraría ilegal. Desde ahora frases como: “donde pongo el ojo pongo la bala” dejan de tener sentido, o mejor dicho adquieren uno nuevo.
Tal vez, con el tiempo, la fiebre de las armas termine por contaminar a Europa; puede que dentro de unos años en cada caseta de la ONCE*se aloje un rifle y cuatro cajas de cartuchos. Pero mientras tanto, aquí en mi ciudad, camino tranquilo por la calle; porque sé que una discusión aquí puede zanjarse con un intercambio de miradas y con un apretar de mandíbulas. Porque debe ser horrible caminar con miedo echando siempre la mirada hacia atrás con el peligro consiguiente de no poder hacerlo hacia adelante.
ONCE*: Organización Nacional de Ciegos de España. ¿Te ha gustado? Dale al botón :):