Me duele la muñeca izquierda; también, un poco, un par de dedos de esa mano; si avanza irá hacia el antebrazo. Ayer me dolía la parte de abajo del cuello a la derecha y algo del brazo de ese lado. Tomé diclofenaco y no me lo quitó, pero tal vez hizo que no me doliera más. Ese dolor de ayer era muy malo; el de hoy no, porque ayer me sentía agobiada y hoy no.
También es diferente sentir dolor sola o acompañada. Sentir dolor del que se sabe la causa o del que no se sabe la causa. Sentir un dolor que va a terminar necesariamente en determinado momento o que podría durar quién sabe cuánto.
Cuando estaba por nacer B y la doctora anunció que tendría que ser cesárea, empecé a vivir el dolor de las contracciones como algo terrible y sentí que no podía más. La anestesióloga tardó en llegar. Tal vez jugando atinadamente a la psicóloga, la doctora -ginecóloga- me dijo, no recuerdo exactamente con qué palabras, que aunque fuera a operar, para la niña era bueno seguir "intentando salir". De inmediato -en verdad, de inmediato-, los dolores volvieron a tener sentido y dejaron de ser algo espantoso.
Silvia Parque