Los errores de Carrefour

Este post podría titularse “Los errores de los supermercados”. Pero no, su título es “los errores de Carrefour” porque una serie de catastróficas desdichas hace que siempre, siempre, siempre que compro en Carrefour haya algún error en el ticket. Y siempre a su favor, mira tú por donde. Con el resto, qué quieres que te diga, pues no me pasa. Al menos no tan a menudo.

Llegados a este punto tal vez estés pensando que errar es de humanos. Cierto. Pero no de empresas. De empresas es hacer negocio sin estafar a sus clientes.

¿Qué hacen los otros supermercados?

• Eroski, del que he sido cliente habitual durante años hasta que me he mudado al centro del eje del mal mercadona-carrefour, no sólo cometía muchísimos menos errores, sino que cuando los había, te devolvían el 100% del importe del producto. Todo un ejemplo de buena fe. Revisando su web no he encontrado ninguna referencia a este compromiso. Sospecho que el lado oscuro y la crisis han acabado con esta saludable costumbre.
• Mercadona. Sin errores. Nunca. Ni yo ni nadie que conozca. Fallar no está permitido en un supermercado soviético.
• Lidl y Aldi. Eficiencia alemana suministrada por empleados submileuristas. El otro día estuve a punto de asistir a un momento histórico: una cajera de Lidl, de esas que igual te reponen, que te descargan un palé, que te limpian la tienda, que te cobran, estuvo a una décima de segundo de ignorar la etiqueta amarilla que decoraba mi bolsa de ensalada. Era el primer cliente que atendía tras volver del baño. Última hora de la tarde. En una décima de segundo pude ver como, a punto de soltar la bolsa y cobrarme el precio normal, la sostuvo entre sus manos y me aplicaba el 30 por ciento de descuento. Espectacular.
• El Corte Inglés. Estos no se equivocan: el sobreprecio está incorporado en todos los productos.
• Carrefour. Errores permanentes. En productos en oferta y en los que no lo están. Normalmente hablamos de céntimos. Pero céntimos que son míos y por los que estoy dispuesto a ir a reclamar a información. Por eso siempre, aunque haya comprado un paquete de chicles, reviso el ticket en todos los supermercados.

Hoy he visto como, tras una compra de 132 eurazos, el cliente que me precedía guardaba su ticket directamente en el bolsillo sin ni siquiera mirarlo.

Y tú, ¿revisas tu ticket cuando vas a comprar?