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Los hijos de puta sufren

Publicado el 04 julio 2010 por Mundodimasiado
Antaño, cuando se decían que una mujer era “puta”, era por causa de la antigua profesión de prostituta. Pero, poco a poco la palabrita ganó nuevos significados y se tornó cada vez más común para clasificar a cualquier tipo de mujer que osase a tener más de un hombre al mismo tiempo o que lograse otro luego después una separación.
Según la Real Academia Española (RAE), “puta” es la persona que hace sexo a cambio de dinero.
Seguramente, Tú, Lector/a debes de estar curioso/a para saber por qué los hijos de puta sufren, sino, no estaría leyendo esto ahora.
Nunca fue fácil ser un hijo de puta, no cuando nuestras tatarabuelas ya hacían “travesuras”: en aquella época, por ejemplo, muchas de las profesionales del sexo que tuvieran un hijo (fruto de algún descuido), fueron obligadas a abandonarlo, entregándolo o poniéndolo en algún internado etc., si quisiesen que el individuo tuviera una vida normal.
No es necesario ir tan lejano para buscar explicaciones para lo que se dice acá: muchas de las mujeres, engañadas por sus novios, hicieron lo mismo, pues la sociedad no les permitía que una mujer entregase su “pureza” antes del casamiento, y ya la excluía de su grupo, forzándola a buscar refugio entre las prostitutas y otras clases semejantes.
Imagínate: un hijo vivir sin su madre, porque ella simplemente no podría cumplir su función. Y, el padre, muchas veces siquiera sabía que “produjo” consecuencias. Sería posible decir que el individuo era un huérfano de padres vivos, ya que muchos de los abuelos decían a los niños que los padres murieron en un accidente u otra cosa.
Si las personas supiesen que un individuo era hijo de una “puta”, probablemente sería discriminado en donde fuera: en la escuela, la iglesia, en la calle, por la vecindad etc., y esto le causaría daños a él/ella futuramente.
Como yo dije en el inicio del texto, la expresión “puta” tiene nuevos significados. Hogaño no es necesario que se practique la profesión para estar incluida en este grupo: basta demostrar que aprecia exageradamente a los hombres. Esto es muy chistoso: si a una mujer no le gusta el sexo opuesto, entonces dicen que ella es una tortillera. Y si a ella le gustan los hombres demasiado, entonces es una putón. ¡Es difícil entender la sociedad!
Hay muchas mujeres, que para no perdieren a sus “machos”, aceptan que ellos hagan lo que quieran con los hijos de ellas: por ejemplo, zurrarlos frecuentemente, tratarlos como si fueran sus empleados, provocar terrorismo psicológico: ej. Decir que él se va a matarlas, les pondrá las manos de los niños en la hoguera y otras cosas más… Este es el tipo de mujer canalla y sinvergüenza que se somete a todo y toca junto a su familia, porque depende del hombre financiera y emocionalmente.
Una madre tiene todo el derecho de corregir a los hijos para que ellos aprendan la lección, pero para todo en esta vida hay un límite. El padre y la madre pueden castigar al niño cuando fuera necesario, para educarlo y tornarlo una buena persona en el futuro. Sin embargo, un padrastro o una madrastra, ¡jamás!: Ellos no son miembros de su familia. De pronto los padres de este ser indefenso ya tienen otra pareja, y el niño tendrá que aprender a convivir con una nueva persona que debería servirlo de apoyo materno/paterno, pero al fin no cumple esta tarea. ¿Será que con tantos cambios amorosos de los padres el niño debería referirse a las parejas como su padrastro y madrastra o sería mejor decir que es simplemente la persona con quien su padre/madre “duerme”?
Es por causa de tantos maltratos físicos y psicológicos, que muchos chicos huyen de sus casas: no hay estabilidad familiar. Ellos, que tienen la misma sangre que sus madres, muchas veces son cambiados por una “zanahoria y dos huevos” que llenan la barriga y sólo terminan la digestión tras nueve meses.
Desafortunadamente, hechos como estos todavía se suceden, porque hay mucha gente que tiene el miedo a denunciar para la Policía, por ejemplo, por el recelo de que se descubran quien los denunció, o también, que la Justicia quite el niño de su familia para ponerlo en un orfanato. ¡Quizás, lo peor en ello es continuar en la complicidad y en la impunidad!
Para las señoras del sexo, todavía es necesario ocultar la verdadera profesión, no apenas para evitar la discriminación por los demás, pero para proteger a toda la familia, como los padres y también los hijos, para que éstos no sean humillados en la escuela, por ejemplo.
Actualmente, las “putas” no necesitan renunciar a los hijos. Tras la pluralización del léxico, la expresión se ha tornado trivial y la sociedad está aprendiendo a vivir en armonía con eso. Fulana es “puta”, ¿qué importa? ¿Qué es ser puta para ti?

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