De las civilizaciones muertas con las que la transhumanidad se ha encontrado en varios exoplanetas, los Iktomi fueron los más recientes y similares a la nuestra. Tenían una tecnología equivalente, si no superior, y hacían uso de las puertas Pandora. Se ha encontrado evidencia de su presencia en los sistemas Droplet, Echo, Haplopelma y Sunrise, entre otros. Algunas ruinas tienen apenas 10,000 años de antigüedad.
Aunque no se han encontrado especímenes o restos de Iktomi, pictogramas, características arquitectónicas y reliquias sugieren que estos alienígenas tenían una forma segmentada, con múltiples patas, similar a la de un artrópodo. También se sabe que prefieren estructuras en forma de tela de araña con altas torres y pasajes cableados, por lo que se les dio este nombre, en honor a una deidad araña nativa americana. También se sospecha que construyeron grandes esculturas en varios mundos conocidas como arpas de viento, debido al inquietante sonido que crean cuando el viento pasa a través de ellas.
Lo que está claro es que los Iktomi sufrieron algún tipo de evento cataclísmico que acabó con su civilización. La naturaleza de este evento aún no se ha determinado, pero plantea preocupaciones para muchos investigadores. Después de haber sufrido su propio casi-apocalipsis, no es trivial para la transhumanidad encontrar evidencia de que otras especies alienígenas también lo sufrieron -pues nos adentra de lleno en la teoría del gran filtro -
Se han encontrado miles de estos dispositivos alienígenas en ruinas Iktomi. Se asemejan a conchas de vieira de 8 centímetros de diámetro. Una estructura cristalina densa sugiere diseño y propósito artificial, pero no contienen electrónica o fuentes de energía identificables y no emiten radiación electromagnética detectada. Sin embargo, se sabe que tienen un efecto extraño y reproducible: los biomorfos que duermen a menos de 2 metros de uno experimentan sueños vívidos e inquietantes. Estos sueños a menudo presentan personajes extraños y paisajes alienígenas, pero los experimentos aún no han identificado la naturaleza o el propósito de esta influencia. Gatekeeper ha vendido cientos de estos al público, con la condición de que cualquier descubrimiento se reporte primero a ellos.
A pesar de su avanzada edad, algunas ruinas de Iktomi están custodiadas por robots guardianes aún funcionales, apodados "kumobots".
Al igual que sus creadores, los kumobots tienen una forma similar a la de una araña, con seis patas radialmente simétricas y un par más pequeño de brazos/garras manipuladores. Como medida de protección, la cabeza se retrae dentro del cuerpo y las patas pueden replegarse para actuar como un escudo protector. Las características de cambio de forma del kumobot le permiten transformarse aún más en una forma de bola para moverse a alta velocidad. Curiosamente, las patas también son desmontables, lo que sugiere que quizás la biología de los Iktomi funcionaba de la misma manera.
El propósito exacto de los kumobots no está claro, aparte de proteger las ubicaciones y la tecnología de los Iktomi. Debido a su gran antigüedad, existe la posibilidad de que los kumobots estén parcialmente deshabilitados, sean erráticos en su comportamiento o de alguna manera estén funcionando mal.