Revista Literatura
Los Juegos del Hambre:
En llamas
(The Hunger Games: Catching Fire)
Leí En llamas a principios del 2010, cuando Molino lo trajo a España. Entonces la trilogía (aún inconclusa) distaba mucho de ser el fenómeno que es ahora, pero las llamas de la rebelión ya se habían propagado por la blogosfera, que ardía de expectación por la espera del tercer libro de la trilogía. Parece mentira que ya haya pasado tanto tiempo, pero aquí estamos, tres años y medio después con la adaptación de mi libro favorito de la trilogía ya en cines.
Podría decirse que Los Juegos del Hambre: En llamas es la adaptación perfecta. Intento compararla con otras adaptaciones fieles al material original, pero creo que En llamas sale ganando frente a todas, incluyendo las primeras de Harry Potter. Hay cambios, obviamente, pero me han parecido tan insignificantes que no les he dado importancia alguna. Es más, muchos de estos cambios lo que hacían era mejorar el material ya existente. Mi única queja es que no construyeran un poco mejor el final con las pequeñas pistas que había a lo largo del libro, pero por lo demás, la adaptación es perfecta.
Algo que me ha gustado mucho en comparación con la primera película es el respeto a los diálogos del libro. Si bien Los Juegos del Hambre me pareció una muy buena adaptación, me dolió un poco que no se respetaran muchas de las frases más icónicas del libro. Aquí, en cambio, parece que Lionsgate ha sabido escuchar a los seguidores de los libros y prácticamente todos los diálogos de la película son calcados del libro.
Las películas de Los Juegos del Hambre no tendrían el éxito que tienen de no ser por el brillante reparto, encabezado por una espectacular Jennifer Lawrence que se luce como nunca. ¿Huelo a Oscar? Tal vez, porque solo los últimos segundos de la película (los lectores de los libros ya sabréis a qué escena me refiero) lo justificaría totalmente. Si no fuera porque estos premios siempre menosprecian las películas juveniles, perfectamente podría conseguir una sólida tercera nominación.
Si la actriz ya lograba impresionarnos en Los Juegos del Hambre, aquí directamente consigue helarnos la sangre. Su voz, sus gestos, su mirada, la expresión de su rostro... es la Katniss más perfecta que podían haber encontrado. Por su parte, Josh Hutcherson y Liam Hemsworth, si bien no alcanzan el nivel de su compañera de reparto, logran ir un paso más allá de su actuación en la primera película. Ahora son personajes mucho más humanos, más creíbles, más tridimensionales.
Otro personaje que sorprende es Effie. Elizabeth Banks no solo roba todas las escenas en las que aparece, sino que además demuestra una humanidad que muchos no hubieran creído posible. En la primera película se nos presentaba un personaje estrafalario, modelado por el Capitolio. Aquí descubrimos que bajo esas pelucas y trajes extravagantes se esconde un corazón humano.
Hay muchas nuevas adiciones al reparto, pero me voy a centrar solo en dos personajes: Johanna y Finnick. Son los personajes favoritos de muchos fans, y lo cierto es que Jena Malone y Sam Claflin los han clavado a la perfección. La primera también roba cada escena en la que aparece, y tiene el punto justo de locura que uno esperaría de un personaje así. Tengo que destacar la escena del ascensor, brillante no solo por ella sino sobre todo por las reacciones de Josh Hutcherson y Jennifer Lawrence.
En cuanto a Sam Claflin, solo puedo decir que es todo lo que cabría esperar de Finnick. Tiene ese lado sexy y, flirteante y juguetón, pero también la dulzura y la ternura cuando le habla a Annie e interacciona con Mags, por quienes demuestra auténtico cariño. Hubiera sido muy fácil que este papel lo encarnara un musculitos sin profundidad interpretativa, pero por suerte no ha sido así.
También quiero hablar de la música. En la primera película me gustó mucho, y es un acierto que hayan mantenido al mismo compositor, James Newton Howard, porque eso le da continuidad y coherencia a la saga. Muchos de los temas importantes de la primera película aparecen de nuevo aquí, como el himno del Capitolio (Horn of Plenty), que reaparece en una versión con algo más de percusión. Además, muchos de estos temas han evolucionado, por lo que resultan al mismo tiempo nuevos y familiares.
En definitiva, Los Juegos del Hambre: En llamas no es solo una de las mejores películas del año sin lugar a dudas, sino una de las mejores adaptaciones que se han realizado. Era la película que más posibilidades tenía de decepcionarme desde la última de Harry Potter, y lo que ha hecho ha sido superar mis expectativas con creces. El director repite para las dos últimas entregas, así que esperamos que sepa mantener el nivel... aunque para la primera parte de Sinsajo aún falta un año.