«Los medicamentos son la tercera causa de muerte tras el infarto y el cáncer, según estudios hechos en EEUU. Cada año mueren 100.000 personas por errores de medicación, y 100.000 por efectos adversos».
«Sólo en Cataluña hay entre 6.000 y 9.000 fracturas de cuello de fémur al año: entre el 13 y el 14% de ellas tiene que ver con el omeoprazol y medicamentos análogos. Dificulta la absorción del calcio y las personas que lo toman habitualmente desarrollan osteoporosis. Un 8,4% de las fracturas las producen medicamentos para dormir. Más de 300 tienen que ver con antidepresivos».
«La industria farmacéutica está medicalizándolo todo. Los laboratorios se inventan enfermedades, convierten la tristeza en depresión, la timidez en fobia social o el colesterol en una enfermedad. Los lobbys farmacéuticos promueven más mentiras que medicamentos. Dicen que son más eficaces de lo que realmente son».
«Aunque los permisos de comercialización los otorga la Agencia Europa del Medicamento, cada país puede decidir si financia un determinado medicamento. En España se financian todas las novedades. Por ejemplo, hay seis medicamentos anti-neoplásicos que Gran Bretaña ha rechazado financiar y que aquí se financian».
«Cuando un medicamento sale al mercado, es tan poco conocido, porque se ha estudiado tan poco, que no estamos seguros de que no pueda tener efectos indeseados graves».
«En España nos polimedicamos. Hace 15 años se daban entre 12 y 13 recetas por persona y año. Ahora, casi 20. Por lo menos la mitad de los medicamentos que tomamos son innecesarios. Hay gente que durante toda su vida toma medicación para dormir, sin embargo al cabo de tres o cuatro semanas el cuerpo ya lo ha asimilado y es tan eficaz como el placebo».
«Los laboratorios no dan acceso público a los ensayos clínicos. Tampoco se lo dan al sistema de salud. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios aprueba medicamentos sin ver los datos de cada uno de los pacientes que han participado en los ensayos».
«El tiempo que se tarda en retirar un medicamento porque produce efectos indeseados graves ha pasado de seis o siete años en 2004, a 12 o 14 años hoy en día. Cuesta mucho más retirarlos, y esto es por la creciente influencia de la industria sobre los sistemas de salud, tal como ha denunciado el Consejo de Europa». (elmundo)Ecoportal.net