Tengo miopía y astigmatismo. No uso los lentes "por ratos" o "para leer", sino casi todo el día; me los quito para hacer arrumacos con B en la cama para que no se vayan a caer y para no tener que estar defendiéndolos de ella.
Hace días, consiguió quitármelos y en unos segundos, les rompió una pata. Esa tarde, su papá pegó la pata y los siguientes días, la volvió a pegar y la volvió a pegar, porque la pobre pata ya no fue la misma.
Con estos antecedentes, ayer dejé los lentes en el respaldo de la cama de B; me levanté, creo que a limpiarme la nariz, y de pronto vi a la criatura con los lentes en la mano: los lentes sin una pata. Así los llevo desde entonces, porque la patita sigue desaparecida.
Silvia Parque