Gracias a las grandes corporaciones que dominan los medios de comunicación, dentro de no muchos lustros, en los libros de historia escolares se hablará más de deportes que de las situaciones que nos han llevado a donde estamos o estaremos.Se pondrá como ejemplo al esfuerzo de los deportistas como base de una sociedad líder en obesidad infantil. El exceso de reconocimiento deportivo se ha convertido en algo contraproducente, lejos de fomentar el deporte,el aficionado ha cogido cariño al sillón.Tanta glorificación solo favorece a los medios de comunicación y los patrocinadores, a nadie más. Ellos son capaces de venderte cervezas, como si de agua se tratara, en manos de deportistas y al mismo tiempo decirte que son un ejemplo para los niños. Nos dicen que las penas de un país son menores si vemos la televisión, si vemos como otros ganan cantidades de dineros que muchos, quizás, solo quizás, no ganemos jamás.¿Qué motivación puede ser esa? Si siguen con el discurso,en un futuro ,veo gente por las calles entrenándose para ser futbolistas profesionales.
Los libros de filosofía estarán repletos de anécdotas de Vicente del Bosque, un tipo al que respeto porque me da la sensación de ser bastante coherente, correcto y bueno(que no es lo mismo).En todos los libros se estudiará su método Zen:No hacer nada es hacer algo. Del Bosque me recuerda a la heroicidad de los mineros chilenos que quedaron atrapados en una mina hace algo más de un año y medio.Fueron estrellas por no hacer nada.
Es tal la saturación de deporte que la historia de España se está escribiendo tanto entorno a ello como antes se hacía con las guerras, en eso hemos ganado, pero en los deportes solo ganan los que participan.Lo importante es participar y por mucho que quiera el aficionado, las victorias no dependen de su apoyo desde el sofá.Alguien tenía que decirlo.
A día de hoy el espectáculo deportivo no tiene más objetivo que sobreentretener mientras los políticos aplican decisiones tomadas a nuestras espaldas.Utilizar el cine es demasiado efímero, el deporte nos despierta una pasión capaz de convertir al tranquilo en salvaje , al prepotente en apocado cuando pierde.
Cada vez el deporte está adquiriendo mayor importancia en la sociedad pero su uso es todo lo contrario a la deportividad.
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