Los No sitios del Puerto de Barcelona. By Igor.
Una de las cosas más tristes que jamás he oído, fue en boca de mi mujer. Empezaban las clases. Las maestras preguntaban a los peques sobre las vacaciones. Mi mujer se acercó a un peque y le dijo:¿dónde has estado estas vacaciones? El niño se la miró, y contestó, con absoluta normalidad.En el Carrefour.Ante la sorpresa de la mia donna, el chaval se explicó. Por Carrefour entendía todo el complejo del centro comercial, con sus tiendas, grandes superficies, pasillos que llevan a la tercera dimensión, ventanas ciegas salpicadas de neutritos y salones zen amueblados con tragaperras, simuladores mil y maquinitas con fusiles de elegante plástico naranja para reventar las testas a tantos zombies como se pueda.
Yo me acuso. Soy un pecador. Algunas veces me tele transporto a unos de esos palacios de la nada (no de la luna) que son los centros comerciales. Allí, cansado, miro a mi alrededor. Siempre es el mismo espectáculo. Parejas o grupos de amigas. Familias con pequeñines (no gracias) que se arrastran, muchas veces sin bolsas. Pues acuden como sepias hipnotizadas a la luz de los neones. Vienen a pasar el día, no a comprar y salir derrapando. El fin de semana es el centro comercial, aunque no lo pasen tan bien como Jay y Bob el Silencioso en esa película, Clerks. Me parecen familias tristes que se dejan llevar a la deriva, siguiendo esos canales y alcantarillas suburbiales, que como decía Manrique, llevan a la mar. Me pregunto qué los motiva, por qué se alegran, qué los hace llorar. Sospecho que, al llegar a casa, es como si el día fuera un torbellino de sonidos y señales lumínicas del que nada se puede distinguir.Los centros comerciales son, a mi juicio, un No Sitio. Un término acuñado, creo por el antropólogo francés Marc Augé.Un enlace, por si queréis profundizar: http://nolugares.wordpress.com
Los No Sitios