Detrás de edificios de diamantes
anchos, elegantes, vulgares.
Al pasar la más ultima de las calles
¿Se esconden o los esconden?
Es el arte de vivir al márgen
oficiando de contorno de la ciudad.
Y aunque rocen el horizonte, nunca tienen luz
(en el reino de los pasillos nunca sale el sol)
El frío es más frío.
El hambre es más hambre.
La suerte es menos suerte
Y más anónima es la muerte.
Responsabilizarlos por su nombre, la última gran injuria.
Nefasta denominación, que otra vez absuelve culpables.
Porque si se llaman villas miserias no es por sus carencias
sino por los miserables de siempre.