Los personajes: "La cuñadísima"

Publicado el 07 septiembre 2010 por Cristinita

La "cuñadísima"
Nombre en clave: Monic.
Apodo: "Cuñadísima".
Mote: "Supermamá".
Edad: "¡Eso no se pregunta!"
Estado civil: Arrejuntá.
Hijos reconocidos: 1.
Hijos no reconocidos/ sin descubrir todavía: 0
Misión: Finiquitá tá tá la Ley Antitabaco del gobierno de ZP.
Duración estimada:Indeterminada.
Como todo el mundo sabe, la "cuñadísima" es aquella persona que se une como una solapa a una familia tras haberse casado, arrejuntado o cualquier otro tipo de nuevo término actual, a un hijo (término masculino de hija); pasando a convertirse en "la colega".
"La colega", tiene un poder de adaptación brutal: le encantan los cotilleos, se aleja de los conflictos y es "políticamente correcta". Sin embargo, tratándose de pequeños "vicios", es capaz de ser una auténtica experta.
Pero, ¿cómo lo sé? Sencillo, analizando a esta curiosa especie en carne propia, con la "coleguita de mi cuñada".
Aunque, comencemos por el principio.
Mi particular "cuñadísima", a nivel general, es una maestra jedi. Corta como nadie el lacón asado de mi madre, pudiéndo hacerte picadillo en el momento exacto en el que le parezca oportuno, debido a unos orígenes un tanto "oscuros" (carnicera del Froíz); sin olvidarnos del manejo de los cuchillos, al ser capaz de cogerte un cochinillo y elaborar, en tan sólo 2 minutos, el embutido y el paté ya prepadado con sólo la ayuda de un cuchillo del postre. A pesar de que, en eses momentos, veas como el sudor de su frente se desliza lentamente, mi "cuñadísima" no mueve ninguno de sus ojos; concentrada como se encuentra.
Pero quizás, lo que más me sorprenda sea la velocidad radar para desaparecer del campo de visión óptico.
En ese instante, se desliza sigilosamente hacia la ventana, se asegura de llevar todo lo necesario (movil, cerillas, el chupete de la nena, mechero, cigarrillos,...), para disfrutar al máximo de ese momento de placer al que llamaremos "el cigarrillo en el fumadero".
Nunca me he puesto a cronometrar la frecuencia de asistencia al "fumadero", pero estoy segura de que tiene un tiempo estimado de duración.
Hace escasas semanas, cuando mi madre cocinaba su especialidad de la casa, "el lacón asado made in UE y puro cerdo gallego"; tuvo lugar una situación impredecible, indiscriptible por la brusquedad de la situación:
"¿Quién cortaría aquel pedazo de "bicho"?"
1º Si lo cortaba la madre number one (mi madre), nos quedábamos sin hacer dieta esta semana; las patas serían para ella y con los trozos de carne cortados, alimentarían sólo a 4 personas.
2º Con el hermanísimo, tendríamos un conflicto seguro. Primero, por los utensilios, que serían inadecuados (según él), por ser de baja calidad o no seguir alguna normativa ISO; y segundo, por la forma de cortar, puesto que debería de seguir las instrucciones del Kit de "supervivientes"; regulado por el Gobierno, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Defensa, la UE, la OTAN, la ONU y, por último, la madre que los creó a todos.
3º Con Ana Mari, la hermanísima, se necesitaría un croquis especializado de animal; valdría cualquier cuchillo, pero con unas instrucciones claras y precisas sobre cómo cortar el lacón. Finalizando 5 horas después de lo previsto, y el lacón asado, desfigurado a lo Joan Miró.
4º Conmigo, el cerdo se cortaría a cámara lenta, puesto que Ana Mari se ofrecería para ayudarme, eliminándome de la situación; mi hermanísimo intentaría enseñarme el nuevo despecie según según la "chupiministra de defensa"; y, por último, mi madre tendría miedo de quedarse sin comida y pondría el grito en el cielo al verme con el cuchillo, ante su creación.
Ante este extraño momento de crisis familiar, en escena aparece ese "espécimen" único y especial; que observa la escena, "mi cuñadísima".
Ésta se dirige al "fumadero", enciende un cigarrillo, se asegura de llevar todo lo necesario; medita 10 veces los pros y los contra de la situación; hasta que por fin, tras un cigarrillo, decide entrar en acción.
Mete su mano en el bolso-maleta made in China, localiza un objecto contundente, lo saca. A continuación, no dice nada, no pestañea, no sonríe y finaliza pasando de nosotros literalmente.
Se dirige como una auténtica fiera inquieta hacia su presa, hace 4 movimientos made in Froiz (y de experiencia propia), sobre el lacón, hasta que, sobre la mesa, ya no reposa un lacón de cerdo; si no un solomillo Estrella Michelín, sin hueso, sin grasa y finamente cortadito en rodajas.
Al acabar, dejando atónitos a aquellos que la observan atónitos, mira a su alrededor, coge un cigarrillo y desaparece como un fantasma en una casa abandonada. Aquella semana, "mi cuñadísima" se convirtió en una auténtica terminator del picadillo.