….
– Necesito saber.
– Es que hay cosas que no sabemos aún.
– Tengo miedo.
– Te ofrezco un juego. Es con fichas de colores. ¿Te gusta el rojo? ¿O preferís las azules?
– Mmm… yo quiero usar las fichas del color que me pinte en el momento. Si querés te dejo las rojas a vos y yo uso todo el resto. Ahora decíme posta: ¿Cómo es eso del juego? ¿Hay un ganador?
– No. Estaríamos ganando los dos.
– Ah, pero qué aburrido…
– Bueh! Lo mejor del juego es que tenemos que usar la creatividad. Y seguir las reglas. Cualquier ficha que incumpla una regla sale del tablero.
– ¿Y para qué sirven las reglas? Si vos decís siempre que las reglas se inventaron para romperlas. Me confundís.
– Tenés razón. No me funcionan las neuronas hoy. A ver…. Y si en vez de reglas… ¿le llamamos contrato de C y A?
– ¿Y quién escribe ese contrato?
– ¡Nosotros! Daleee. Empezá vos que yo anoto.
– Uno: No me mientas.
– Dos: No me ocultes verdades.
– Tres: Ambos podemos salir de este tablero a jugar en otros tableros.
– Cuatro: ¿te parece si seguimos después?
Patricia Lohin
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