Todo el que lea este blog sabe que una de las mayores contribuciones de Hayek es la defensa de los precios en un mercado libre ya que son las señales que nos guían, que guían esa mano invisible, pero no ciega de la economía.
Ahora bien, un sistema de precios, el precio implica discriminar y poder ajustarse lo máximo posible a las demandas de los consumidores. La posibilidad de ajustarse y por qué no decirlo, discriminar según el tipo de consumidor puede tener su máximo exponente en el sector de los servicios como educación, sanidad, formación, viajes y todo lo que a uno se le pueda ocurrir.
¿Por qué estoy diciendo todo esto? Porque esta semana ha saltado la noticia de una autoescuela en Zaragoza que daba dos precios distintos de un paquete cerrado según el sexo del consumidor, donde las mujeres por pura estadística necesitan más clases prácticas y los hombres menos. Todo el que se haya sacado el carné de conducir sabe que lo realmente caro son las dichosas clases prácticas, ya que las teóricas se dan en grupo y prácticamente puedes dar todas las quieras por un precio bajo.
Así que los políticos han tachado esto de intolerable y ya han arremetido contra dicha cadena de autoescuelas. Buscando por internet he podido ver cómo el precio para los hombres ha subido en 100 €, no sé si han bajado el precio para mujeres o no, pero han final estas medidas sólo perjudican al consumidor. Así que a partir de ahora a los hombres les saldrá más caro el carné en esas autoescuelas para que las mujeres puedan tener un precio más bajo. Gracias políticos porque antes no había coacción y el precio se ajustaba más al tipo de consumidor, ahora no.
¿Qué será lo siguiente? ¿Obligar a todos a contratar el mismo ADSL? ¿Comprar la ropa de la misma talla o marca? ¿Todos el mismo coche? El mercado implica discriminación para ofrecer un mejor servicio, producto y precio, la política significa ver un fajo de billetes al cual robar cuanto más mejor.