Revista Literatura

Los Portadores: Capitulo 10 "Leyendas, profecías y confusiones"

Publicado el 23 febrero 2012 por Stefy @MiReflejoPapel
Hola!! Si ya se! Tarde como siempre. Pero como dice mi hermana "lo bueno se hace esperar" (modestia aparte :P)Como tal vez ya habrán visto en la pagina de Facebook de la novela, o bien recién se enteran, ya pueden encontrar actualizada la pestaña "Personajes" (menú superior), con una breve descripción y fotos de actores cuya apariencia física se asemeja a la que yo imaginaba al crear a los personajes. Algunos desde el principio ya los había visto y dije "est@ es perfecto para tal personaje" o "tal se parece mucho a este otro".Pero de igual modo esa pestaña se va a ir actualizando a medida que nuevos personajes importante aparezcan en la historia. Al principio en la pagina no aparecía la opción para dejar comentarios, pero ahora la cambie, por si quieren decirme que les parecieron los actores que yo elegí o si quieren contarme a quienes se imaginaban o como se los imaginaban.Bueno basta de vueltas, acá el capi. Comenten libremente!!
Tras la aparición de la pequeña niña y la salida de estajunto a Max, ya sin interrupciones Dalia decide contar lo que conoce sobre la leyenda y la profecía que habían advertido aquel último ataque.- Mucho antes de que nuestra raza existiera, la tierra seencontraba vacía sin humanos, por lo que los Dioses decidieron crearnos. <<Al principio, no teníamos poderes ni guardianes, aunno eran necesarios….Un hombre de edad avanzada la interrumpió.- Pero, ¿Qué fue lo que los llevó a darnos los obsequios?Sabemos cómo lo hicieron, lo que cambió en nosotros, pero nunca hemos sabido elverdadero motivo de ello.- Se dijo que existió… que existe un tercer Dios, que losDioses Supremos no son los únicos que pueden crear vida y controlarla. Que esél el que trajo a estas monstruosidades anuestro mundo. Para destruirnos. -  Trasdecir aquellas palabras, comenzó el revuelo. Otra vez.- Pero ¿Cómo es posible? ¿Qué podemos hacer?  ¿Qué pasará con nosotros? – eran preguntasque sonaban en la habitación. Todos temían, por su seguridad y la de sufamilia, y comenzaban a desesperarse.  Morgan intervino.- ¡Silencio! – como era de esperarse cada vez que él daba una orden, todos callaron-  El caos no nos ayudará en nada. Tener elcontrol sobre nosotros mismos nos ayudara a controlar al enemigo. Dalia ¿conoceusted alguna de las respuestas a las cientos de preguntas que todos queremossaber?- Tal vez… la profecía nos ayude a entender algo. – frunció el ceño pensativa antes de continuar- yo casi no puedo entenderla.- ¿Puede contárnosla?- Puedo leérselaEntonces, Dalia sacó un papel del bolsillo de suspantalones, lo alisó y recitó las palabras allí escritas.Cuando loshombres no lo esperenY laSombra haga regresar a las bestiasElprimer ataque se llevará vidasPerono lograra vencer en sus tierrasSida fe a quienes se sacrificanLoshombres lograran vencerPorquelas apariencias engañanAlos ojos que no lo saben ver
A través de la tierra enviara a buscarlasLa Mensajera de los dioses, a quien los salvaránY quienes parecían incompletasLas más fuertes seránComouna deberán bajarAdentrándose enlas tinieblasYcerrar el gran portalPara que la maldad no trascienda.Todoslos presentes quedaron en absoluto silencio, como si fuera un acertijo del cualesperaban una respuesta que despeje todas las dudas.Pero después de todo, nadie dijo nada. Transcurrieron unos minutos hasta que al fin unhombre habló.- ¿Quése supone que significa eso? ¿Alguna especie de acertijo?- Lasprofecías rara vez permiten que uno las entienda a la primera – Alzando la mano,Morgan señaló a Dalia para que esta repitiera la lectura.Trasrecitarla nuevamente nada cambió entre los presentes, todos siguieron sincomprender el significado de aquellas palabras. Aquella era la única pista quetenían y no sabían a que los llevaría, si a salvarse o a perderlo todo para siempre.- Talvez – concluyó Morgan- ahora estamos demasiado cansados para poderconcentrarnos e intentar comprender esta profecía. Traten de descansar, y si lodesean, agrúpense entre dos o varias familia, monten guardias y estén atentos.Se les avisará si hay algún cambio o descubrimiento o se les convocará a una nueva sesión.Theoparecía querer desplomarse en cualquier momento cuando Morgan los despidió. Nohabía dormido en toda la noche, por temor a que las criaturas volvieran aatacarlos. En ese instante lo único que deseaba era llegar a su cama y dormirtanto como pudiera. Tras dar un pequeño traspié, Eleonor lo sujetó por el brazopara darle un soporte. Ambos, uno junto al otro, se marcharon.Elpasillo principal estaba atestado de cuerpos como si fueran una barreraimpenetrable, incluso aunque empujaran solo lograrían perder el tiempo. Congran esfuerzo lograron abrirse paso hacia un pasillosecundario que era poco frecuentado. Ya habían estado allí varias veces, sobretodo Theo que desde niño paseaba por aquellos pasillos ya que su difunto padresolía pertenecer al Parlamento.Luego dedesviarse una vez más se encontraron con dos adolescentes en un rincón de aquelpasillo. O mejor dicho una adolescente y un adulto, ya que Max era consideradocomo tal.- ¿Qué hacen aquí? – quiso saber una confusa Eleonor, que no lograba entender como su hijopodía estar con una chica en una situación como aquella. Cuando Elisa alzo elrostro del hombro de Max, dejo ver sus húmedos e hinchados ojos y sus mejillasirritadas. No hacía falta ser un genio para adivinar que estaba llorando, ypara sorpresa de Eleonor, parecía que Max la estaba consolando.Recordóno haber visto a los padres de la muchacha en reunión e imagino el motivo porel cual ella se encontraba de tal forma.Antes depoder preguntar qué había ocurrido, la familiar voz de Jared Wesley parecía acercarsepor el pasillo detrás de ellos, cargada de angustia y desesperación. Al parecerbuscaban a Toby.- Losiento – se disculpó en cuanto estuvo frente a Eleonor y Theo. A pesar de queno se habían dirigido a ellos, Max y Elisa se separaron, y este la ayudó aponerse de pié mientras ella ocultaba su rostro maltratado por el llanto. –Estaba buscando a mi hijo Toby, ¿no lo han visto? Venimos del salón en el quese encontraban los chicos, pero nadie sabe nada.Max fue quien contestó.- Yo lo vihace unos minutos, había salido del salón, pero no sé a dónde se dirigía. – Aunque a penas tocaba su brazo, sintió que Elisa se tensaba aun manteniendo su rostrooculto.- Nadielo ha visto.Suesposa Amanda lo llamaba desde algún lugar por detrás del pasillo por el que habíaaparecido él unos instantes atrás. Se dirigió directamente a él, ignorando lapresencia del resto.- Dicenque lo vieron marcharse, pero nadie lo volvió a ver ni a él ni a las chicas. Nosé qué podría ocurrirle. ¡Por los Dioses espero que no le pase nada malo! – histéricay al borde de un ataque de nervios se acobijó en los brazos de su esposo que nose negaron ante su desconsuelo.- Ya aparecerá…- trató de calmarla. De repente una corriente fría recorrió la espalda de Theo, devolviendo su lucidez y obligándolo a preguntar.- ¿Qué chicasno volvieron a ver?Dando unrespingo, Amanda se alejo escasamente del abrazo de su esposo, para observarquienes eran los allí presentes. Al reconocer quienes eran, su expresiónalarmante se volvió apenada.- Lucy yLena tampoco están en ningún lado.Con esaspalabras, la poca calma que habían logrado obtener, los abandono por completo.

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