Revista Literatura

Los Portadores: Capítulo 11 "Acompañante Inesperado"

Publicado el 20 marzo 2012 por Stefy @MiReflejoPapel
Ok, lo admito. No es la primera vez que comienzo una entrada con una disculpa por las demoras, pero estoy intentando poder cumplir con esto tanto como puedo. ¡Perdón!Últimamente casi no tengo tiempo ni para dormir, la próxima semana empiezo a cursar el primer cuatrimestre del cbc y ya hace dos empece con el curso de ingles. Ah! y por cierto, sigo trabajando. Pero al parecer ahora comenzaré a trabajar menos horas, algo bueno para mis tiempos, malo para el bolsillo, pero bueno, no se puede todo en esta vida (sino seria genial!)Bueno, dejando mi poco envidiable vida a un lado. Aquí les traigo el capitulo de hace un par de semanas (¿les pedí disculpas por ello? Ah si, en la segunda linea, ¡cierto!)Si hay algún error, avísenme. La verdad que no lo releí antes de subirlo (ya sé, otra falta) Como compensación les dejo un capitulo larguito.Que lo disfruten!
Mientras Lena y Lucy se sentían como si un balde de aguas fría les hubiese caído encima, Iss no dejaba de dar brincos de alegría, como una niña pequeña en la mañana de navidad.
-¡Muy bien! Ahora sí, tendremos que irnos antes de que alguien venga y me vean. Tengo la mala suerte de que cada vez que un humano me ve grita y comienza una cacería en mi contra –hizo una mueca de lamento-. No tienen idea de lo buena que puedo llegar a ser.
-Espera –la frenó Lucy-, ¿a dónde se supone que vamos? No puedes presentarte así como así y esperar a que te sigamos. Eres una total desconocida para nosotras. ¿Cómo sabemos que podemos confiar en ti?
Iss parecía desilusionada, le sentó un poco mal lo que le estaba diciendo, pero ¿Qué podía esperar al fin y al cabo de una humana? Los humanos tenían la tendencia de mentir, engañar e incluso herirse entre sí por razones mezquinas y no muy contundentes. Algunos los hacían incluso porque sentían placer en hacerlo.
Las gemelas desconocían completamente la naturaleza de la que Iss provenía. Una naturaleza que le imposibilitaba a tener malas intenciones, por lo que no mentían, engañaban ni herían a menos que sea para defenderse.
-Comprendo su falta de fe en mí, pero puedo asegurarles que mientras yo esté a cargo de la seguridad de ambas, nada ni nadie las lastimará, ya que como enviada de La Mensajera es mi deber y honor protegerla –La seguridad y convicción de Iss al recitar aquellas palabras les dijo a ambas que ella no mentía. Lucy sentía que debía confiar en ella, pero al analizar lo que acaba de decir, algo llamo su atención.
-¿La Mensajera? ¿Quién es ella?
Iss abrió los ojos como platos ¿Cómo era posible que no supieran quien era La Mensajera?
-¿Es que acaso… -calló repentinamente y golpeó su frente con su mano al recordar el por qué las gemelas no sabían de quien hablaba- ¡Oh, cierto! Ustedes, humanos, la llaman de otra forma. Era… era… ¡La Mediadora de los Dioses!
Fue el turno de Lena y Lucy de abrir los ojos como platos.
-¿Estás diciendo que La Mediadora…  -Comenzó a  preguntar Lena.
-…envió a buscarnos…  -Continuó Lucy.
-¡¿A nosotras?! –Gritaron ambas, desconcertadas.
Agitando sus manos, energética y exageradamente, Iss respondió:
-¡Si! ¡Dioses! Son tan duras de entender. Ahora sí, ¿Serán tan amables de acompañarme, o tendré que llevarlas a la fuerza? –dijo su segunda opción a modo de broma.
Ambas se miraron, buscando la respuesta en la otra. Lucy siempre había sido la más perceptiva, y por su postura relajada, Lena descubrió que su hermana confiaba en Iss. Estaba a punto de responder que si cuando una voz, proveniente de sus espaldas, respondió por ella.
-Ellas no irán a ninguna parte contigo. Así que aléjate de ambas ahora –aquello no parecía una verdadera amenaza, sino hasta que Toby manifestó una ardiente esfera de fuego, levitando en su mano.
La mirada de Iss se vio inundada por el pánico al ver el fuego, por lo que lentamente comenzó a retroceder sin lograr apartar los ojos de lo que levitaba, amenazante, de la mano de Toby.
Los de su especie eran mortalmente vulnerables al fuego y al calor excesivo, después de todo, su piel era astillosa como la madera al ser ella una Dríada.
Las Dríadas eran híbridos entre humano y árbol. La “piel” de casi todo su cuerpo era como la corteza de los arboles; astillosa y áspera, a excepción de su rostro, las palmas de sus manos y la planta de sus pies, que era suave y tersa como la delicada piel humana.
Además, eran Guardianas de los bosques, y como tal protegían minuciosamente su objetivo. Del mismo modo se encargaban de cumplir sus misiones, cuando se les asignaba alguna.
-Ella no quiere lastimarnos –declaró Lucy-. Por favor, deshazte de eso.
Toby no podía apartar la vista de Iss. Verla le recordaba la pasada noche y el caos que había tenido que enfrentar. Particularmente, le recordaba haber visto a Lena vulnerable y aterrada en el suelo. De no haber llegado en aquel momento…
Aquel recuerdo, inconscientemente, logro que la flamante esfera que flotaba en su mano aumentara el volumen, creando una mayor amenaza. No fue sino hasta que las gemelas le gritaran una advertencia que él se percató. Lo cual ya era tarde para reaccionar, ya que Iss había decidido defenderse, aprovechando un instante de distracción.
Extendió sus manos en dirección del chico, sus dedos comenzaron a alargarse tan velozmente que ninguno reaccionó hasta que se vieron enroscando el torso y brazos de Toby, inmovilizándolo por completo.
Toby intentó incrementar el volumen de su esfera de fuego, lo cual fue un error. A medida que la esfera crecía, Iss lo sujetaba con más fuerza.
-¡Suéltame! –Gritó desesperado cuando su respiración se volvió trabajosa.
-¡Apaga esa cosa! –Replicó Iss, sintiéndose más aterrada de lo que ellos podían creer.
-¡No lo haré hasta que me sueltes!
-¡No te soltaré hasta que lo apagues!
-¡Ya basta los dos! –Gritaron Lena y Lucy al unísono, sin saber qué hacer. Pero lo peor no ocurrió sino hasta que tanto Lucy como Toby comenzaron a sentir un cosquilleo en la mano derecha, y sin que ninguno pudiera evitarlo, sus guardianes se vieron expulsados de sus marcas.
-¡Cam! No es un buen momento para que se te dé por dar un paseo –regaño Lucy a su oso Guardián, el cual había sido bautizado por Lena años atrás con el nombre Cam.
Pero mientras Lucy se veía distraída por Cam, Wulf había notado la amenaza que representaba Iss para Toby y se veía tomando impulso para atacarla.
Lena adelantándose a las consecuencias, se interpuso entre el lobo y la Dríada, para protegerla. Instantáneamente el lobo se detuvo y la miro desentendido. Aun así, Lena lo ignoró y se dirigió a Toby.
-Toby, por favor, apaga eso –dijo casi suplicante.
-Pero ella podría lastimarte –poder decir eso le costó su último aliento antes de ponerse morado, pero aun así no apartaba sus ojos de los de Lena.
Lena tuvo una extraña sensación en su interior al oír aquellas palabras. Era como si una barrera se rompiese en su interior, dejando que un antiguo sentimiento penetrara nuevamente en su corazón. Un sentimiento que solo Toby había logrado provocar en ella.
-No lo hará. Confía en mí –tras un momento de vacilación, finalmente el fuego se extinguió de la mano de Toby;  y, a continuación, Iss deshizo su agarre, haciendo que sus manos volvieran a su lugar.
-No se tú, pero yo no confió en él, ha intentado incendiarme –declaró Iss-. Y si hay algo que detesto realmente en este mundo, es el fuego. Soy muy inflamable –hizo pucheros tras decir eso.
-Creo que algo anda mal –anunció Lucy-. Por motivos que desconozco, mi pequeño Guardián no quiere regresar a la marca.
Iss estaba parada, casi sin moverse, cuando Wulf comenzó a dar vueltas metódicamente a su alrededor.
-Hey, tu –Le dijo a Toby, quien le dirigió una mirada recelosa-. Tu perro está actuando raro.
-No es un perro, es un lobo –aclaró este.
-De igual modo, actúa raro –por su manera tan normal de dirigirse a él, como si no hubieran estado tratando de matarse el uno al otro hacía unos instantes, parecía que perdonaba rápido.
-¿Qué hace? –quiso saber Lena.
-Solo míralo –Wulf se detuvo junto a la pierna derecha de Iss y…-. Oh no, dime que no está pensando en… -levanto su pata…-  ¡Fuera de aquí perro pulgoso! –gritó enfadada dando dos pasos hacia tras mientras Wulf comenzaba a orinar en el lugar que hacía un momento había estado su pie.
-No le digas así. Ya te dije que es un lobo, no un perro –dijo Toby, defendiendo a su Guardián.
-¡Me da igual! Quería marcarme como su territorio –le dirigió una mirada enfurecida a Wulf, quien la miraba como si no hubiese hecho nada, y le regaño- Yo no soy tu árbol, así mantén las distancias.
Iss comenzó a dar grandes zancadas hacia la dirección por donde había aparecido en un principio, para luego voltearse y dirigirse a las gemelas
-Chicas, ¿serían tan amables de acompañarme? Realmente no quiero seguir peleando con el chico de fuego y su perro.
-Lobo.
-Da igual. ¿Vienen?
Ambas asintieron, y Toby intento frenarlas.
-¿A dónde van?  No pueden irse con ella, ni siquiera la conocen.
-¡Oye! –dijo airada la dríada-.Estoy haciendo mi trabajo. No interfieras.
-¿A qué se refiere?
-A que debemos ir con ella –respondió Lucy.
-¿Por qué?
Soltando un suspiro cansado, esta vez respondió Lena.
-Porque somos las Incompletas y La Mensajera de los Dioses a enviado a Iss a buscarnos. Por lo que iremos con ella.
-Pero... –lo que Toby había querido preguntar se vio interrumpido por un bufido de Iss.
-Deja de dar pero. Tienes dos opciones, o nos dejas ir o vienes con nosotras.  Y como dudo que quieras…
-Iré con ustedes.
Las tres lo quedaron mirando.
-¿Por qué quieres venir? –quiso saber Lena.
-Bueno, en primer lugar tu amiga no me inspira confianza –Iss se mostró realmente ofendida, pero él la ignoró y continuó-. Y en segundo lugar, si lo que dice sobre la Mensajera es verdad, quiero encargarme personalmente de que nada te pase –luego se corrigió-. Les pase. A ambas.
Hubo un silencio incomodo antes de que Iss hiciera el anuncio
-¡Muy bien! Espero que estén listos y en forma, porque el camino es largo y lo comenzaremos ahora mismo. ¡Marchen!
Siguiendo los pasos de Iss, no tardaron mucho en adentrarse en el bosque.

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