Revista Literatura

Los Portadores - Capitulo 6 "Visitas Inesperadas"

Publicado el 03 enero 2012 por Stefy @MiReflejoPapel
Este capitulo es mas corto que los anteriores, mas que nada para que no quedaran temas colgados o por la mitad. Antes me fijaba que los capítulos sean mas o menos igual de largos, pero creo que me fijaré mayormente en dividir bien cada caso.Lo gracioso es que como escribo en un cuaderno y después lo paso a la pc, me demoro en traspasarlo (hoy empecé a las 18:30hs...¿que hora aparece de publicación? ¿23:59hs?Hubo muchas interrupciones en el medio, no es que sea lenta para tipear.En fin, acá les traigo el capítulo de la semana pasada :P. Espero que les guste.
Lena casi sufrió un infarto cuando vio entrar a Max con Lucy en sus brazos, herida y con la mirada perdida. Se veía fatal.
Pero lo que más le aterró fue que ésta no chillaba ni nada ¡Estaba callada! y si algo sabía de su hermana era que ella nunca cerraba el pico. ¡Dioses! esto debe de ser grave.
Casi adivinando sus pensamientos, Max intento tranquilizarla
- No te preocupes. Hace apenas unos instantes estaba haciéndome callar. Lo que nos demuestra que no esta tan mal como parece.
Como si aquellas hubieran sido palabras mágicas, Lena soltó el aire que habia estado aguantando inconscientemente y sintió la libertad de respirar con tranquilidad.
Cansado como se encontraba, Max dejo a Lucy cuidadosamente sobre una de las largas mesas de roble, y luego se dejo caer en la silla más próxima. Le dolía todo el cuerpo y estaba agotado por recorrer el último tramo del camino a la carrera y con Lucy a cuesta, pero no se atrevía a quejarse. Sin que nadie se lo dijera jamas, su obligación consistía en cuidar a sus hermanas, costase lo que costase.
En seguida sus padres aparecieron por la puerta de la cocina, casi corriendo al encuentro con los chicos, preocupados hasta la médula.
- ¡Mis niños! - Gritó Eleonor en cuanto llegó a Max y lo abrazó.
Cuando este no pudo reprimir un gemido de dolor, ella se aparó y lo observo detalladamente. Su rostro y su ropa se encontraban sucios, pero sus ojos enrojecidos por el cansancio y su respiración agitada fueron los que delataron el verdadero estado en que se encontraba.
- ¿Que pasó? - Preguntaron Eleonor y Theo al mismo tiempo. Mientras Lena corría a la cocina en busca de agua, trapos limpios y vendas, Toby se encontraba junto a la ventana vigilando el exterior.
- Un par de cosas feas nos atacaron, uno agarró a Lucy y la soltó cuando estaba en el aire. Ella cayó, yo lo electrocute.- hizo una breve pausa y continuo como si nada- Nada fuera de lo normal. Ah! por cierto, les agradecería que alguno me trajera algo para beber. Estoy sediento.
Eleonor se dirigió a la cocina, cruzándose con Lena en el camino. Esta llevaba consigo las cosas para que sus hermanos se limpien y curen.
- ¡Y también estoy hambriento!- Gritó Max antes de que su madre saliera de la cocina.
Una vez éste comido e hidratado, les paso a contar detalladamente lo ocurrido. Mientras Lena limpiaba e inmovilizaba el brazo a Lucy. Lucy se había quedado dormida.
Toby se mantenía expectante junto a la ventana, manteniéndose alejado de Lena tanto como podía. Por momentos se permitía mirarla con deseos de acercarse, pero desde que habían llegado al comedor ella habia marcado una distancia prudente, que el deseaba no tener que respetar. A pesar de los años, nada había cambiado en su interior y deseaba que dentro de ella tampoco.
Lena actuaba como si él no estuviera en la misma habitación, fingía ignorarlo todo el tiempo, pero por dentro estaba pendiente de cada uno de sus movimientos. En su mente repasaba cada uno de los momentos en que se habían tocado aquella noche. Cada roce, cada caricia inconsciente. Cuando corrieron hacia el comedor, después del ataque, él tomó su mano y ella se habia aferrado a él, habían corrido a la par. Al mismo ritmo, sincronizados. Haciendo añicos todos sus esfuerzos empleados en los últimos años por ignorar sus sentimientos hacia él, esperando que algún día éstos se resignaran a abandonar su corazón.
Pero hasta aquel momento Lena no se había dado cuenta de tonto que había sido pensar aquello.
Al llegar la mañana, estaban todos agotados tras no haber dormido. Excepto Lucy, quien se despertó con un fuerte dolor en todo el cuerpo. Pero ver a Max agotado le despertó un poco de compasión por su hermano, y se prometió que por ese día, solo es día, intentaría no pelear.
Eleonor había pasado la noche preparando café para mantenerlos a todos alerta. No podían bajar la guardia y dejar que un nuevo ataque los sorprendiera, tenían que defenderse.
Todos se sobresaltaron cuando oyeron llamar a la puerta, pero ninguno movió un musculo.
Golpearon otra vez.
Rápidamente Theo se puso de pie y se dirigió a hurtadillas hacia la puerta, la cual habían bloqueado con mesas, sillas y objetos pesados la pasada noche. Le hizo una señal a Toby, y éste negó con la cabeza.
No lograba ver quien era. Decidió hablar.
-¿Quién es?
Una voz masculina contestó desde el otro lado
- Venimos de parte del Parlamento. Estamos haciendo un recorrido de seguridad.
El Parlamento era la autoridad política que gobernaba en las tierras de Hearler. Era conformado por un grupo de hombres y mujeres mayores, reconocidos como personas de sabiduría y astucia, capaces de decidir rápida y conjuntamente en situaciones criticas.
Y esta era una de esas situaciones.
Tras abrir las puertas, cuatro siluetas aparecieron frente a ellos, dos mujeres y dos hombre; el hombre que había hablado anteriormente, tras echar una analítica mirada a todos, nuevamente se dirigió a ellos.
- Ya puedo ver con mis propios ojos la respuesta a mi pregunta. - Su voz era monótona y no expresaba emoción alguna, al igual que su rostro.
- ¿Que le ha ocurrido a ella? - Dijo una de las mujeres, que al contrario que el hombre que había hablado anteriormente, ella si mostraba verdadera preocupación.
Max contestó
- Uff, esa es una larga historia.
Entonces comenzó a narrarles a los visitantes aquella historia.
Tras oír el relato de Max, los visitantes quedaron sorprendidos al verlo tan débil como se encontraba y creer que el haya podido con su hermana a cuesta.
- No te ofendas, pero parece un poco increíble pensar que lo que dices es cierto. - dijo la otra mujer, que parecía tan fría y analítica como el hombre que se habia dirigido a ellos primero. También tenían un gran parecido físico entre si: ambos cabello rubio oscuro y ojos marrones, inteligentes, de alrededor de unos treinta y dos o treinta y cinco, no muy altos pero macizos.
Los otros dos, en cambio, eran muy diferentes; la mujer tenia el cabello rubio dorado y unos ojos azules compasivos, era la mas joven del grupo, podría haber tenido unos veinticinco y era menuda; el otro hombre, en cambio, tenia el cabello anaranjado y rizado, era mas corpulento y alto que el resto.
Max estaba lejos de ofenderse por las palabras de aquella mujer.
- No me ofende, incluso a mi me cuesta creerlo. Pero así fue y debo decir que no fue nada fácil.
- Ahora pasará a decir que peso como una mula - Dijo Lucy sin poder contenerse.
- ¡Lucy! Compórtate- riño su madre, y Lucy no dijo nada mas.
- En fin, nos hemos desviado de nuestro propósito - dijo el hombre rubio con tono diplomático. A lo que Theo cuestionó.
- Disculpe, creí que su propósito aquí era asegurarse nuestro estado. - Arrastró su mirada por encima de los visitantes.
El hombre rubio iba a hablar, pero el pelirrojo se adelantó.
- Y así es - aseguró- pero ademas nos han pedido que comunicáramos a todos que los Parlamentarios decidieron reunir a los adultos de cada familia en una Asamblea colectiva y ello los incluye a ustedes - miro significativamente a Theo, Eleonor y Max. Al darse cuenta que no las estaban incluyendo Lena tomó la palabra.
- ¿Que hay de nosotras?
- Los menores serán reunidos en el establecimiento parlamentario, pero no se les permitirá ingresar a la Cámara de Reuniones una vez comience la reunión.
- ¿Y cuando se reunirá el parlamentó?- pregunto Theo. El pelirrojo miró el reloj de péndulo al final del comedor, eran casi las 11 am e informó:
- Dentro de una hora. Pero si nos les importa debemos marcharnos. Aun quedan algunas casas por supervisar.
- ¿Hay muchos heridos?- se atrevió a preguntar Toby, quien habia aguardado en silencio todo el rato.
- Me temo que no tantos como desearíamos - dijo el hombre rubio con la mirada dirigida al suelo.
- ¿Cómo?-  Preguntó Toby exasperado.
- Me refiero a que muchos no están heridos...- alzó la vista hacia el chico y concluyó- Simplemente ya no están.
Tras marcharse los enviados del Parlamento, todo quedo sumido en silencio.
Y un amargo sentimiento albergó en el interior de todos

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas