Revista Literatura

Los Portadores: Capítulo 9 "Encuentros Amistosos"

Publicado el 08 febrero 2012 por Stefy @MiReflejoPapel

Parecía casi humana, de piel oscura. Pero en cuanto los rayos de luz alcanzaron a iluminar su rostro y sus brazos, podía notarse que su piel era diferente. De hecho no era piel lo que cubría la superficie de su cuerpo, a excepción de su rostro, sino corteza, como los árboles.
Su cabello era de un color entre amarillo y marrón, similar al de las hojas secas de otoño y se veían pequeños reflejos de tonos rojizos y anaranjados. Sus ojos eran de un intenso verde oscuro. Era bastante alta y su contextura física era un tanto fornida.
 A pesar de ser tan extraña era, a su modo muy hermosa. Y cuando habló, su voz era dulce y su tono demostraba simpatía.
- Hola, soy Iss. Y las estaba esperando.
Max había alzado a Elisa en un ágil movimiento y la sacó de la habitación en donde se encontraban anteriormente con los otros niños.
- ¡Bájame!- Gritó ella sacada de quicio. ¿Quién se creía que era para sujetarla de ese modo y cargarla como si fuera un objeto? Nadie la trataba de ese modo, ¡no a ella!
Como hija única siempre le habían dado los gustos y solo hacía falta decir qué deseaba para que se lo dieran. Era caprichosa y egoísta, solo pensaba en ella.
Elisa creía estar enamorada de Toby, pero en realidad no lo amaba. Si le gustaba, pero no sentía nada más que atracción y cierta simpatía hacia él. Ella solo quería lo que no podía tener, y no podía tener a Toby, ya que él solo quería a Lena.
Y por eso la odiaba, por ser lo que impedía tener aquello con el que tanto se había encaprichado a tener. Y haberla visto junto a Toby justo en aquel momento, le resultó desquiciante y doloroso.
La noche anterior había sido un caos, y por desgracia, su familia había sido gravemente perjudicada.
Mis padres, pensó internamente y sintió como las lágrimas recorrían sus mejillas ya cansadas de ser humedecidas por estas. Había llorado toda la noche por la pérdida más grande que podría sentir en su vida.
Sus padres ya no estaban, y lo peor era que no tenía a nadie más. No solía simpatizarle a sus compañeros por su actitud altiva y sus caprichos, por lo que tampoco tenía amigos.
Mientras todos aquellos pensamientos golpeaban en su mente, sentía como su corazón se desgarraba provocando un dolor insoportable.
Cuando Max la hubo depositado en el suelo, en aquel pasillo desierto del enorme edificio del Parlamento, la miró sorprendido del aspecto de la chica. Parecía que rompería a llorar histéricamente en cualquier momento.
No estaba seguro sobre que debía decir.
- ¿Qué te ocurre?- pregunto toscamente ya que no sabía ni cómo actuar. Nunca había visto llorar a una chica. A excepción de sus hermanas cuando eran niñas, pero en aquellas épocas no les daba gran importancia, ya que él solía ser el motivo de su llanto.
Elisa apoyó su espalda en la pared detrás de ella, y lentamente fue descendiendo hasta quedar sentada en el suelo. Justo cuando Max creyó que comenzaría a llorar, lo hizo. Pero podía distinguir que no era llanto por no haberse salido con la suya, sino que verdaderamente lloraba de dolor.
¿Cómo se consuela a una chica que está llorando?, pensó él mientras se ponía en cuclillas frente a ella.
Solo apoyó su mano en el hombro de la chica, y la respuesta de ésta lo tomó totalmente desprevenido.
Ella lo abrazó como si su vida dependiera de ello.
-¿Cómo así que nos estabas esperando? ¿Para qué? - Preguntó Lena, entre la histeria y el miedo.
Iss miró la expresión de ambas chicas, ambas parecían no saber nada acerca de quien las enviaría a buscar.
- ¿Es en serio? ¿No saben nada sobre lo que ocurriría hoy?
Mientras Lena negaba con la cabeza, Lucy la miraba con una ceja alzada, en plan “¿me estas tomando el pelo?”.
Iss se sentía avergonzada y comenzó a lamentarse en voz alta, como si las muchachas no estuvieran allí.
- Oh no. Espero no haberme equivocado de gemelas. Eso sería un gran lío. Ella estaría molesta conmigo por arruinar las cosas. Además de seguro Jassy se lo dirá, ella nunca cierra la boca, por más que lo intenta siempre mete la pata, igual que yo…
Lucy la interrumpió llamando su atención con sus manos.
- ¿De quién hablas? ¿Y a quien estas buscando?
Iss le sonrió como disculpa por haberse perdido en su monologo de lamentos y respondió.
- A las gemelas incompletas – tras escuchar esas palabras, Lena sintió como un escalofrío recorría su espalda. ¡La vampiresa había dicho que ella era una Incompleta! ¿Realmente era a ellas a quienes Iss había ido a buscar? - ¿Saben de quienes estoy hablando?
Lucy negó con la cabeza y observó a Lena perder el rubor de su rostro, volviéndose blanca como el papel. Parecía estar a punto de desmayarse.
- Lena, ¿te encuentras bien?
- Creo que vomitaré.
Iss se acercó a Lena y apoyó su mano sobre su barriga. A los pocos segundos Lena recuperó el color y parecía más estable.
- Gracias, Iss
- ¿Qué te ocurrió? – Preguntó Lucy preocupada.
- Lucy, yo sé a quienes busca Iss.
El rostro de la criatura amistosa se ilumina en alegría, y Lucy miraba a su hermana intentando comprender de qué hablaba. Lena le lanzó una mirada significativa que daba a entender sobre a qué se refería.
La expresión de Lucy cambio bruscamente a desconcierto.
- No querrás decir que… - No se atrevió a acabar la frase.
- ¡¿Qué?! ¡Por favor hablen!
Una imagen vale más que mil palabras. Tras pensar aquello Lena alzó ambas manos y dejo que Iss dedujera por sí misma la respuesta a la que ella misma había llegado, pero necesitaría ver las marcar para ello.
En una mano la Luna y en la otra nada.
Si a ella le falta el Sol, entonces a la otra… Tras comprenderlo Iss se sobresaltó y deseó bailar de la alegría. ¡Las había encontrado!
Lena y Lucy eran las Incompletas.

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