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Los primeros días de un intérprete en potencia

Publicado el 20 noviembre 2012 por Ismaelpardo @ismael_pardo
El año pasado no fue mi año, precisamente. Y el sentimiento de desencanto con el segundo año parece ser un sentimiento general entre mis compañeros. Pero el año pasado empecé a traducir (de verdad) y, poco a poco, tuve la sensación de estar haciendo lo que me gusta y, por si fuera poco, todos los días. Este año hemos empezado la asignatura de interpretación, pero ya no me acompaña esa sensación de desánimo, así que podré aprovechar esta experiencia, que, desde los primeros días, me encantó.
En esos primeros días, me acordé mucho de Aída y de Clara, que son dos referentes para mí en cuanto a interpretación se refiere, ya que leo sus blogs desde que empecé en este mundillo. Y si ya me gustaba leer acerca de la interpretación, saber que iba a interpretar en el futuro reciente me ponía de buen humor y me motivaba. Además, una de mis primeras clases coincidió con el encuentro con Alicia González y Eva María Díaz en el Parque Tecnológico, así que tenía bastante fresco un aspecto bastante profesional de la interepretación, así que la emoción estaba asegurada por mi parte.
Los primeros días rompimos el hielo con una presentación de cada uno de los alumnos, formando grupos y viendo cuántas lenguas reuníamos cada grupo. Ya en esa clase nos dimos cuenta de las diferencias culturales en cuanto a los signos se refiere, ya que descubrimos que si un italiano quiere decir que cree que alguien está loco no lo dice de la misma manera que un español o que un británico. Luego nos enfrentamos a una introducción a la asignatura que consistía, más o menos, en los tipos de interpretación a los que nos podíamos enfrentar (hubo algunas señoras preguntaron que en qué obra salíamos), en los contextos en los que se podían producir cada tipo de interpretación, etc.
También pudimos ver las diferencias entre las culturas polaca y española, con el libro La mediación cultural en la interpretación bilateral de negociaciones empresariales. Pudimos estudiar los parámetros de Edward Hall, por los que vemos por qué una lengua y una cultura son como son. Por ejemplo, podemos ver las diferencias de cultura con qué comidas y bebidas son relevantes. En Italia, el vino es importante, mientras que en Arabia Saudí, lo es el té. Volviendo al tema de la cultura, estuvimos viendo cómo aquel hablante que no ha salido nunca jamás de su país de procedencia, no cree que haya otra manera de ver el mundo; el intérprete, en cambio, es mediador, por lo que conoce varias maneras de ver el mundo, tantas lenguas como sabe. También depende de la formación de la lengua y la cultura el sitio en el que esté la lengua; es decir, los australianos, por ejemplo, tienen una buena relación con el agua, ya que casi todas sus ciudades están en la zona costera.
Cuando llegó la hora de interpretar, no lo hicimos con grabaciones ni interpretando a la profesora, sino a nuestros propios compañeros, lo que fue un poco difícil, porque en mi clase hay una mezcla bastante importante, formada por británicos, franceses, canadienses... y era difícil entender cada tipo de inglés que usaban o entender perfectamente el acento que tenían en español, por lo que no entendíamos del todo lo que decían. Yo intenté hacerlo lo mejor posible, pero se me resistió el apellido de una chica francesa y su dirección (porque era en eso lo que consistía la interpretación: nombre, número de teléfono, calle, país de donde venías, ciudad y más datos aleatorios que te pedía la profesora). Y aunque fue bastante difícil, fue emocionante que lo hiciera tan bien para ser mi primera interpretación. Y fue por eso por lo que no tiré la toalla.
Lo último que hemos hecho en clase ha sido un juego de interpretación de papeles. Tuvimos que preparar una situación en la que fuera necesaria la acción de un intérprete. Mi grupo y yo nos decidimos por interpretar a una turista española que se encuentra en Reino Unido y, tras una noche de fiesta, se siente mal y decide ir al hospital. Lo malo es que no sabe ni una palabra de inglés... ¡La situación fue bastante divertida!
La verdad es que la interpretación es una actividad bastante estimulante y no me sorprende mucho que me sienta tan atraído por este campo. No sé si al final me decantaré por ella, pero la verdad es que tampoco me importaría.
¡Un abrazo desde Málaga al mundo!

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