Capítulo 2x03
Ir al norte. Caminar hacia el norte. Avanzar hacia el norte, como si el resto de puntos cardinales, sur, este y oeste fueran necesariamente peores.
Ésa era la filosofía con la que Vientoblanco y yo afrontábamos nuestra vida y, paralelamente, nuestro viaje por las tierras de Hoenn. Por eso, tras haber llegado a Ciudad Portual, nos dirigimos hacia las tierras frías del norte, como burros con viseras, sin dejarnos distraer por los estímulos de los laterales.
Tras un viaje tan largo que su duración sería difícil de precisar, Vientoblanco se encontró cerca de la orilla de un río a un entrenador de dragones que dijo llamarse Hivaj. Como todos los afortunados descubrimientos de la vida, más que un encuentro fue un brusco topetazo.
Hivaj llevaba entrenando Pokémon de tipo dragón desde hacía años. Estas especies de Pokémon son muy especiales, dado que son especialmente resistentes ante cualquier adversidad a excepción del frío y de los ataques de otros dragones.
En aquel momenoto, en su búsqueda de dragones fuertes por aquellas tierras frías, Hivaj había pescado un pez de aspecto bobalicón. Cualquier entrenador aprende pronto que ese pez se llama Magikarp, y que es uno de los Pokémon más débiles de los más de 600 descritos. Entonces, Hivaj propuso a Vientoblanco un reto: entrenar a aquel Magikarp hasta hacer de él un dragón poderoso.
Y yo me alegré por ellos y su desafío y los dejé allí, siguiendo mi camino sin rumbo, más o menos hacia el norte.