No me preguntes por qué pudiendo haber ido hace semanas, estaba hoy, a las 12:00 am en El Corte Inglés. No me lo explico : tantos años de experiencia y yo me creía que ya me había convertido en master de shopping y aparezco en unos grandes almacenes, el día antes a la noche de Reyes… Error. Grave error.
De momento, mis “truquis” para aparcar en el lugar habitual ( que va directo a donde me interesa) no han servido de nada. La primera señal de alarma ha sido ver la planta -3 llena hasta los topes. En mis exploraciones de parking anteriores no había pasado de una planta -2 y semi-vacía. Así que, en el culo del mundo de la planta -4 he aparcado mi coche.
Desfile de carritos en dirección contraria a la mía. Cargados hasta los topes. Pero he pensado : Mira, se van . Seremos menos. Segundo error: se iban poquitos en relación a los que entraban … ¡Cuanta gente había! Colas en la joyería Tous, sección juguetes no te quiero hablar y la zona a la que yo me dirigía , estaba totalmente arrasada: Agendas del 2011.
La verdad es que iba buscando una Moleskine nueva, idéntica a la del año pasado que, tras un ratito mirando aquellos mostradores donde se amontonaban las Agendas sin ton ni son, me han informado que se había agotado. Pero he visto algo que buscaba hace tiempo, para regalar, y he decidido adquirirlo. Tercer error ( y definitivo) : tenía que haber salido pitando cuando me han dicho lo de “Ufff! LLevan agotadas una semana”. Pero no. Me ha podido lo del regalo…
Así que me voy a la zona de cajas de la sección.
Atención : Mostrador circular, dividido en dos zonas semicirculares contrapuestas. Tres personas envolviendo y cobrando . Doble cola: en uno y otro lado y, además, cola sin forma de fila… De aquellas en las que te vas amontonando a ambos lados , sin saber muy bien cuando te toca. Todos los “amontonados” en tensión , esperando el ¿Quién va ahora?. Unos sabiendo a quien le toca y si has llegado en el minuto preciso o bien, los que hacen cómo que han llegado por allí y no saben si hay turno o no. Son los que intentan colarse con aquello de “yo no sabía que esto era una cola”. Y , es verdad, se parece a todo menos a una cola.
Así que me he aclarado la voz y he hecho la pregunta clave : ¿Quién es el último?. Y, la segunda, ¿La cola es para ambos lados?…Se ha desatado el caos ; – ) hasta que se ha organizado de tal manera que yo sabía detrás de quién iba y , todos los que habíamos participado en el asunto éramos un bloque sólido para actuar contra los que llegaban “nuevos” … Aún con toda esta organización grupal, he tenido que gritar y agitar la mano diciendo “Yo, yo” para que no atendieran a unos listillos del otro lado. El tiempo que he invertido en ese regalo, espero que me sea compensado por el destino : me ha tocado el dependiente torpe. El lento. El que no ha envuelto un regalo en su vida… Yo creo que hasta le temblaban las manos de la avalancha que le venía encima.
Total , que me he ido de allí con un paquete – churro ( el celo ese de El Corte Inglés es de pecado. Fijaros), ya decidida a huir de la multitud.
Y cuando por fin iba a coger el ascensor para descender al infierno de la planta -4 , me suena la alarma. Aquí, he vivido todo el Kit “Te suena la alarma”: 1) Vergüenza interna ( no he robado nada, Por Dios!), 2) Acercamiento del chico de seguridad con elegante americana roja , 3) Muestro la bolsa y el ticket de compra, 4) Alivio : se han dejado la alarma dentro del paquete. , 5) Vuelta al mostrador de la cola-sin-forma , 6) Deshacen el paquete, quitan la alarma y rehacen el paquete ( esta vez, una chica con habilidad), 7) Siento las miradas afiladas en mi espalda de los que están esperando para pagar y 8 ) Por fin, vuelvo a las puertas del ascensor.
Tras eternos minutos de espera delante de un ascensor que parecía que no existía, llego a la planta -4.
Para rematar, me podía haber pasado aquello de no encontrar el coche e ir vagando por las zonas del parking, dándole al mando a distancia para ver si lo localizo pero no. Sabía dónde estaba mi coche…
Lo de la cola ( esta vez , en fila india y larguísima) para salir de áquel subterráneo y la caravana que había de vuelta a casa, mejor lo dejamos para otro día.
La buena noticia es que los Camellos de los tres Reyes Magos, vienen cargaditos. No sé si llegarán a tiempo… Si les toca al dependiente que envuelve leeeeeennnntamennnte los regalos, mejor que amplien la “noche” de entrega a unas cuantas más.
Si os encontraís un vale , al lado del agua y la comida de los camellos, ya sabeís que ha pasado…
¡Felices Reyes!
N.B : Los chistes gráficos son del ilustrador chileno Alberto Montt. Su blog “Dosis Diarias” está muy bien. Merece la pena una dosis diaria…