A raíz de las investigaciones de Schumann, el científico alemán Rütger Wever dirigió un experimento en 1968 centrándose en los efectos de campos eléctricos de 10Hz, para investigar el efecto de los campos eléctricos naturales en el ritmo circadiano de la actividad humana.
Para proporcionar aislamiento de sonido, luz y otras fuentes externas se emplearon dos habitaciones subterráneas. Una de ellas estaba aislada ante los campos electromagnéticos mientras la otra no.
Se estudiaron los ritmos circadianos de la actividad y sueño, temperatura del cuerpo, orina y otros ritmos de los sujetos que vivían en ambas habitaciones.
Los resultados fueron los siguientes:
- Habitación aislada: Los sujetos que vivían en esta habitación presentaban un ritmo de actividad “roto” en dos ritmos con periodos de 25.3 y 33.4 horas, esto se llama desincronización interna. La complicación del período para sujetos en la habitación aislada era estadísticamente significativa.
Durante los primeros 14 días, las variables medidas ocurren de forma sincronizadas unas con otras. Después de ese tiempo los dos ritmos ocurrían de forma separada, ocurriendo espontáneamente las desin-cronización interna.
-Habitación no aislada: en los sujetos que vivían en esta habitación no se observó el fenómeno anterior. A continuación se aplicó a la habitación aislada un campo electromagnético de frecuencia extremadamente baja de 10Hz, 2.5Vp-p/m (onda cuadrada), equivalente al del entorno natural (señal de resonancia Schumann) y se repitió el mismo experimento (Wever, 1968).
Se observó que:
- El período del ritmo circadiano se acortó y volvió a su longitud original cuando el campo eléctrico se terminó.
Wever realizó un total de 10 experimentos y demostró que un campo eléctromagnético de 10Hz puede afectar a ritmos circadianos, incluyendo acortar el periodo y minimizar la desincronización interna.
Wever concluyó en 1974 que los campos electromagnéticos en el rango ELF influyen en los ritmos circadianos humanos.
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