Una de nuestras más conocidas setas es el níscalo o rovelló, Lactarius deliciosus. Se trata de un hongo anaranjado, con un sombrerete carnoso de diámetros entre 4 y 12 cm .El Lactarius deliciosus es una micorriza, esto quiere decir que para sobrevivir necesita de un árbol en cuyas raíces se hospeda, tomando sustancias elaboradas por éste a la par que ayuda a su vigor. En este caso, el pino se ve beneficiado por vivir en simbiosis con el níscalo de diversas maneras. Debido a la relación hormonal entre el hongo y la planta, las raíces encargadas de absorber los nutrientes permanecen mayor tiempo activas. El hongo, a cambio recibe hidratos de carbono y vitaminas de la planta para poder subsistir.
Los rovellóns son muy ricos con ajo y perejil, en algún guisado con carne o tortillas.