La autocrítica consiste en analizarte a ti mismo de una forma totalmente sincera y, posteriormente, evaluarte.
Para mejorar como actor, debes trabajar a diario tu autocrítica, ya sea a continuación de una interpretación, ya sea sin motivo de ningún acontecimiento especial. Este ejercicio es un modo de tomar conciencia de ti mismo, y te ayudará a crecer tanto personal como profesionalmente.
Hacer regularmente autocrítica no es algo que aparecerá en tu CV. No te lo preguntará nadie cuando te vaya a contratar y puede que a muchos parezca una pérdida de tiempo. Sin embargo, los actores que tienen el hábito de practicarla desarrollan una firme base emocional que les permite enfrentarse a cualquier trabajo con madurez y flexibilidad.
¿Cómo se hace?
No hay reglas establecidas; lo que a una persona puede funcionarle, puede que a otra no.
Por ejemplo, hay gente que necesita un sitio tranquilo para reflexionar, y otras personas que necesitan papel y boli para ordenar sus ideas. Por todo ello, eres tú y sólo tú el único que puede descubrir la mejor forma de hacerla, pero… ¡hazla!
Independientemente de la manera que escojas, hay una serie de pautas que no debes olvidar si quieres sacar provecho de la autocrítica que realices:
1º paso: Autodescripción
Se trata de una primera toma de contacto contigo mismo en la que sacarás a la luz libremente todas las ideas que se te pasen por la cabeza, eliminando toda actitud crítica frente a ellas. Puedes empezar por completar la siguiente frase: “Soy consciente de…”
Éste puede ser un momento complicado ya que te enfrentas a tu propia realidad sin maquillarla… tal y como es. Se trata de que conectes contigo mismo y explores el porqué de tus acciones e impulsos, comprendas tus sentimientos… En definitiva, escúchate y entiéndete.
Te proponemos unas indicaciones que te harán más fácil la tarea:
- Sé totalmente honesto contigo mismo
- No te juzgues
- Saca a la luz tus virtudes y tus defectos
- Sé realista y objetivo
2º paso: Autoanálisis
Consiste en valorarte a ti mismo, más en profundidad, haciendo frente a tus puntos fuertes y débiles, así como buscando soluciones a dificultades concretas.
Te proponemos que te realices las siguientes preguntas: ¿Lo estoy haciendo de la mejor manera? ¿Podría hacerlo de forma distinta? ¿Puedo potenciar más mi talento? Si es así, ¿cómo?
Es muy importante no realizar una evaluación destructiva, es decir, machacarte y culpabilizarte de forma gratuita. Con esa mentalidad lo único que conseguirás es reducir tu autoestima, y eso es algo muy peligroso con lo que no se puede jugar.
Siempre, siempre, siempre debes hacer una estimación constructiva de ti mismo y pensar en positivo. La revisión de uno mismo es algo sano, que te ayuda a dar sentido a tus acciones y a ser más fuerte. Precisamente, la fortaleza de un actor no se basa en revisar la cantidad de aplausos y de éxitos que ha conseguido, sino en aceptar los logros, los fracasos y las situaciones que se pueden potenciar.
Este momento de evaluación personal es clave para revisar y reorientar los objetivos que te hayas propuesto. Sin darte cuenta, tras realizar tu autocrítica, saldrás con un enorme impulso y energía para alcanzar tus metas.
Como dijo Friedrich Nietzsche: “Hay que llevar el caos dentro para alumbrar una estrella que baile”.
Nos encantaría conocer tu experiencia, ¿sueles hacer autocrítica de forma habitual? ¿cómo conectas mejor contigo mismo para ello?
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