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Lost (ii): la ciencia no es magia

Publicado el 27 mayo 2010 por Fhrodri
En El Truco Final (The Prestige, Christopher Nolan, 2006), uno de los magos protagonistas, Borden, le explica a un niño el truco de magia que acaba de enseñarle. Luego, se inclina, grave y le habla.
BORDENNever. Show. Anyone.
The Boy looks at him, a little afraid.
BORDEN (CONT'D)They beg you and flatter you for the secret-but as soon as you give it up you'll be nothing to them. Understand? Nothing. The secret impresses no one- the trick you use it for is everything.Unas escenas/páginas más adelante Sara le pide que le deje ver el truco con una pistola, porque, dice, le da miedo que salga herido. Borden le muestra el truco.
BORDEN (CONT'D) The buller's not even in the gun when the charge is fired.
Sarah looks at ramrod with disdain.
SARAH Once you know it's so obvious
Claro. Una vez nos dan la respuesta, todos nos volvemos adultos. Ah, vale. Ya. Pues vaya. Si yo ya lo sabía. 
Nunca cuentes el truco.
Los niños siempre preguntan. A todas horas. “¿Y eso, por qué?” Los adultos contestamos. Y le damos la explicación científica. Lógica. Miren sus caras cuando nos oyen. Quedan decepcionados.
Hace mucho, mucho tiempo oí a un tipo que coordinaba cierto parque de las ciencias en un programa de entrevistas. Decía que la ciencia era magia. No. Ni por asomo.
La ciencia te da una respuesta lógica, unilateral y unidireccional. Puede ser fascinante. Puede uno decir (yo lo hago mucho, en mis investigaciones para responder las dudas de los niños del programa que llevo) que “caray, lo del cuerpo humano es que es increíble” o “demonios, la naturaleza es que tiene unos mecanismos sorprendentes”.
Sí. La ciencia puede ser fascinante. Pero no da verdaderas respuestas. Y no es magia. La magia no puede dar respuesta. No puede darnos una visión del mundo cerrada. Es lo más contrario a lo peor (tal vez también a lo mejor) del realismo. No representa ninguna sociedad, ninguna época. Nos entretiene. Nos maravilla. Y ahí acaba. No hay explicaciones posteriores.
Pero ¿sólo nos entretiene?
David Muñoz me sorprendió con un post suyo de hace tiempo, acerca de Battlestar Galactica. Queremos que nos entretengan, no que nos sermoneen. Y ahora, vuelve a ello.
Yo he visto esta serie, también. De cabo a rabo en un tiempo récord. No recuerdo que nadie me sermoneara. ¿Qué significa "misticismo barato"? ¿Cuál sería un "misticismo caro"?
Estoy sorprendido y hasta preocupado. Pensaba yo que los guionistas españoles se había librado de la influencia de la "generación gin", de la que habla Andrés Ibañez. Nos esperan muchos años de realismo duro, sucio, "verdadero", rotundo, cinico, si esto es lo que nos prometen los guionistas.
Algo nos confunde. Creemos que las historias tienen que tener “un tema”. Uno solo, y que, a de ser posible, se convierta en “mensaje”. La ficción no necesita mensaje. La ficción es válida por sí sola. Si se la quiere convertir en propaganda, en pos de críticas sociales, bien. Es aceptable. Si se pliega a la mirada de un autor, bien. Lo aceptamos.
¿Pero y si no es nada de eso? La ficción por la ficción. El Mcguffin supremo. Quédate conmigo, dicen los autores de Lost, y te llevaré a otra realidad. Quédate, y mira qué buenos trucos de magia. No me pidas que los explique todos. Algunos incluso diremos, por favor, no nos expliquéis ninguno.
¿De qué va Lost? ¿Del destino? ¿Las casualidades? ¿La magia? ¿Los milagros? ¿Qué importa? Habla de eso o no, queda en nosotros. Pero nos toca. Habla de cosas que no son antiguas, ni son conservadoras. Habla de un “algo más” que no tiene nada que ver con la religión. Locke no habla de Dios. Y ningún personaje tiene las respuestas.
 


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