Revista Literatura
Luego os quejaréis (relato)
Publicado el 03 junio 2012 por Bechamel
Farmacia del extrarradio de una gran ciudad. Sábado por la tarde. La mezcla de razas provoca que los nacionales saquemos nuestro número religiosamente y que indios, rumanos, marroquíes, similares y conexos no quieran leer el cartel que está en sus respectivos idiomas para colarse por la cara, para eso estamos en España. Mientras espero para comprar algo de cuyo nombre no podía acordarme llegó una pareja.Ella con leggings que embutían su cuerpo menopaúsico. Chaqueta como de piel, pelo cardado, mirando al frente. Él con chándal gris, cadenas al cuello, anillo en el meñique y cara de pocos amigos. De pronto empieza él a hablar.-Estoy hasta los cojones de la niña. Con diecinueve años yo me comía el mundo y ya estoy harto de la vida que lleva. Se dedica a ir a la facultad cuando se acuerda y el resto del tiempo o está ahí sentada o en la calle follando con vete a saber quién. Tiene un móvil de los caros, tiene dinero para salir, ¿ropa? la que quieras, y ahora dice que no sabe si le va a quedar alguna asignatura para septiembre cuando no hace nada en todo el día.Su mujer miraba el número en la pantalla de la farmacia y no le respondía.-Si no aprueba ninguna que te quede claro que la saco de la facultad y la pongo a trabajar. Las extensiones de las narices cuestan 300 euros. Yo estoy harto de trabajar por una mierda de sueldo y ella se dedica a gastar el dinero sin que nadie le diga absolutamente nada. Me está toreando y me tiene ya bastante harto. Y claro, tú te callas. Luego sólo sabéis decir que me voy de putas, que si tiro la comida al suelo, que si soy violento o que bebo mucho. Y ¿qué coño queréis? ¿Pensáis que se puede vivir así? Reventado de trabajar, llego a casa y la niña no está o la veo en el portal manoseada por cualquiera. Tú con tus amigas y tus mierdas y yo qué hago. Pues al bar y si puedo emborracharme mejor, a ver si reviento algún día. Cuando un día me vaya para vosotras y os reviente a palos os quejaréis.-El doscientos sesenta y cinco por favor.-El nuestro Paco, vamos.