Me gusta que la noche me abrace en soledad porque significa que estoy lejos de alborotos, de luces, de miradas, de conocidos, de rutinas, de miedos, de constancias, de errores; es cuando puedo ser auténtica, sincera en palabras, en pensamientos, en ideas, en inspiraciones, cuando puedo rugir en silencio, llorar en extremo, soñar con imposibles, disponer proyectos, llegar a un acuerdo conmigo... Nadie me dice, nadie me obliga, nadie me dirige, nadie me examina (ni yo), nadie me engaña, nadie es nadie... Solo soy inagotables espantos de todo lo que incluyo, de un círculo poco definido que dentro de la noche se convierte en sólo una esfera… mi esfera... sin que me importe el diámetro de ella, ni hacia dónde ruede, como si mi estado de ánimo fuera una copa de vino intenso.
Copyright by Susana Inés Nicolini. Todos los derechos reservados