Una vez más, la luna llena hizo acto de presencia! Radiante, mágica y magestuosa iluminaba el lago plateado, junto al bosque encantado… en esa noche de primavera!
El gato, cerrando sus ojos y con el corazón bien abierto, era capaz de presenciar el reflejo de su bello rostro en sus plácidas y transparentes aguas, que esa noche parecían doradas como el cabello de ella, su amada…
Y en su orilla vio jugar a sus pequeñas, chapoteando con sus manitas minúsculas, mientras el sol que se filtraba por entre las verdes hojas primaverales les iluminaba!
Y también la vio a ella, con su libro en las manos, aunque con sus ojos cerrados para poder ver en la cara sonriente de la luna llena el rostro de su distante amado silencioso! Y una sonrisa de paz se dibujaba en sus finos labios de seda…
Y en esa noche de luna llena, como en tantas otras, el gato soñó y soñó en ese día en que al final se encontrarían, tal vez en silencio, pero mirándose a los ojos, ya bien abiertos para no perder detalle y retener en la memoria ese esperado y mágico momento del encuentro… hasta entonces solo visible en sus sueños de noches de luna llena reflejada en el lago plateado, junto al bosque encantado…
Y el gato sonrió, como ella… en silencio!
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