Luna llena… de terciopelo

Alguien le había contado que la luna nueva era el mágico encuentro del sol y la luna, de la energía y la sensibilidad! Pero esta noche de luna llena, el gato estaba especialmente sensible, incluso algo nostálgico, con las emociones a flor de piel! Y es que quizás estaban haciendo mella las lunas llenas y nuevas pasadas en soledad, el tiempo que hacía que no sabía de ella, su amor!

En cada una de esas lunas llenas que habían pasado supo ver en la superficie iluminada de la luna la dorada piel de su amor! Cuántas noches, bajo el influjo de la luna llena, había soñado que sus dedos acariciaban su adorada y radiante piel de terciopelo, abriéndose a él como una magnífica, mágica y aromática flor! Cuántos deseos ocultos había en su corazón de poder compartir su mirada y sentirse reconfortado con ella, aunque ahora hubiera distancia entre los dos! Cuántas veces había contado las horas, días, meses o años que le quedaban aún para reencontrarse por primera vez y ya para siempre con su verdadero y eterno amor…

Y es que, cuando llegaba la luna llena, su piel felina se estremecía y su corazón se sentía especialmente sensible para compartir con ella su luz! La luz de la luna en una noche como esta le invitaba a compartir su mirada, sus caricias, cada milímetro de su piel con ella, su amor! Cuántas veces había soñado la luz de la luna entrando por la ventana de su habitación mientras ambos conversaban sobre sus vidas, sus proyectos y experimentaban minuto a minuto, milímetro a milímetro, su mutuo y eterno amor…

Quizás en la melancolía que esta noche sentía, el gato recordaba que hacía apenas doce lunas que estuvo a punto de hacerse realidad su sueño de ir a reencontrarse con ella, allí donde nace el arcoiris… donde sus mejores sueños se hubieran hecho por fin realidad! Cuántas veces antes había el gato odiado a la vida por privarle de esa deseada oportunidad de amor! Pero la vida a veces pone trabas a esos gloriosos momentos de felicidad que soñamos hacer realidad para comprobar si somos firmes y estamos dispuestos a esperar el mejor momento para compartir plenamente y para siempre la felicidad! Pero el gato también era consciente de que, entonces, eran momentos muy difíciles para ambos… y muy posiblemente no estaban aún preparados para compartir lo más importante que ambos tenían: su verdadero amor! Quizás, hasta llegar al día de hoy, habían estado aprendiendo a compartir la soledad y el amor a través del Alma, donde se reencontraban cada instante los dos!

Como cada noche de luna llena, el gato subió a su tejado. Una mezcla de ilusión y de tristeza llenaba su corazón, esta velada especialmente sensible, en la que la distancia parecería infranqueable y demasiado duradera. Sin duda, su piel echaría en falta su piel amada… y su mirada de gato se perdería en la inmensidad del cielo nocturno en busca de una luz que guiara y fortaleciera su amor! Buscaría señales mágicas, pero en esta noche melancólica dudaba encontrar alguna que sustituyera una mirada sincera suya de amor! Pero, aún así, el gato cerró sus ojos durante esta noche de luna llena… y, sabiendo bien que el tiempo no pasaba para el Alma… soñó que tal vez llegaría de nuevo ese gran y mágico día en que volverían a soñar juntos en reencontrarse y así compartir su amor, a través de una mirada mutua y acariciando la siempre deseada piel de terciopelo que abre su corazón como una flor!

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