Por cierto, como cuando lo publiqué por primera vez, este blog sigue estando dedicado a María José Barrios Castro, profesora de Cultura clásica, de latín y de griego.
Cuando a finales del mes de mayo de 2009 acudimos a un congreso que se celebraba en Baeza, visitamos una tarde bellísima al antiguo claustro de la universidad, anejo al instituto Santísima Trinidad, donde una clase rinde emotivo homenaje al poeta Antonio Machado, en recuerdo de su paso vital por Baeza en aquel instituto como profesor de francés. Aquella tarde recordé, cómo no, el cuaderno de notas que Machado tituló Los complementarios, y donde encontramos uno de los textos más elogiosos que he visto en la modernidad acerca del poeta Virgilio. Para quien quiera volver a leerlo, incluso en la propia letra de Machado, no tiene más que acudir a aquella entrada del blog (http://lectoresaudaces.blogspot.com/2009/02/si-me-dieran-elegir-un-poeta-machado-y.html). Pues, bien, no es de esto de lo que hoy quería hablar, pero sí de otro aspecto relativo al poeta latino que también está en el mismo cuadernos machadiano. No hay más que abrir su primera página (utilizo el facsímil que editó Taurus en 1971) para encontar una cita de la primera Bucólica, el verso 28: "candidior postquam tondenti barba cadebat", que en traducción de Vicente Cristóbal dice así: "cuando , afeitándome, ya más canosa caía su barba". Sin embargo, algo fallaba en mi recuerdo de este verso, pues mi memoria no me traía la forma "TONDENTI", sino otra menos comprensible para todo aquel que sepa algo de latín: "TONDENDI". Virgilio pone en boca de Títiro una manera indirecta de decir su edad, más o menos unos 45 años (cómo voy comprendiendo este verso ahora). Machado, seguramente, quería dar cuenta de su edad al comienzo de su cuaderno, en la época de bonanza que terminó viviendo en Baeza. Mientras pensaba todo esto, seguía bullendo en mi cabeza la incorrecta forma "TONDENDI", y no me explicaba bien por qué. Lo que la gramática corregía lo desleía el corazón al acudir a mi mente, al "re-cordar". Mi sorpresa fue cuando, a la vuelta, puede comprobar que la errata estaba en el mismo Machado, que seguramente escribió el verso de memoria y tal como le sonaba. La tímida "d" estaba ahí, y así la reproduzco en la foto que podéis ver al comienzo. Poco más arriba, en esta misma bucólica, el verso 25 nos dice "quantum lenta solent inter viburna cupressi", que Vicente Cristóbal traduce como "cuanto se eleva el ciprés superando a flexibles viburnos". Este verso, con la peculiaridad semántica de que "LENTA" sea "FLEXIBLE", es citado por el último Borges, el de los Conjurados. Machado, pues, está a mitad del camino de su vida cuando recuerda el verso 28, mientras que Borges anda por sus "cuatro veintes" cuando recurre al verso 25 para recrear una ficción d
Francisco García Jurado H.L.G.E.