Don Draper: Advertising is based on one thing: happiness. And do you know what happiness is? Happiness is the smell of a new car. It's freedom from fear. It's a billboard on the side of a road that screams with reassurance that whatever you're doing is OK. You are OK.
El arte de la palabra. El silencio. La mirada. Mad Men es una de esas series (con reminiscencias a Downton Abbey, cruzando el charco y cinco décadas antes) que cuida su estética y las apariencias hasta elevados niveles del sufrimiento humano. Antes, con los cigarros, existía el lenguaje del humo, de los gestos, la sensualidad d ela mirada... pero ahora el que fuma casi casi es un apestado (al menos eso decía Craig, mi amigo inglés). Llevo unas semanas en las que he vuelto a profesar mi amor hacia la serie de los publicitarios de Manhattan. Conversaciones exquisitas. Volví al enterarme que se había firmado una nueva temporada y recordé ese paso lento pero seguro donde no pasan muchas cosas, pero es la vida de una agencia y a los que trabajamos en el sector casi todo nos aplica, nos representa y, 50 años después, nos sigue enseñando, con paso sereno, cómo se hacen las cosas.
La publicidad de hoy no es tan "guay", hay que meter muchas horas para ir con algo realmente novedoso, medible y "barato" para el cliente, la conciencia sobre la importancia de la marca y su posicionamiento se diluye en post de unos beneficios cortoplacistas que mantengan el bonus de la alta dirección. Algunas de las conversaciones más relevantes sobre sus clientes y la marcha de la agencia son verdaderas revelaciones, suelen ocurrir entorno a una copa y con un cigarro en la mano -cosa que ya no se practica hoy en días, gracias a Dios- como revelan en muchas de sus conversaciones:
Trudy: Have you been drinking?
Pete: The whole country is drinking!
Una de las que más me gustó, como ya vimos en Ingenious Magazine, fue la de Draper con Peggy dándole una de las lecciones magistrales de la venta de un producto y la diferencia entre vender sexo o venderlo sexy: los insights.
Peggy Olson: Sex sells.
Don Draper: Says who? Just so you know, the people who talk that way think that monkeys can do this. They take all this monkey crap and just stick it in a briefcase completely unaware that their success depends on something more than their shoeshine. YOU are the product. You- FEELING something. That’s what sells. Not them. Not sex. They can’t do what we do, and they hate us for it.
Para mi gusto la más pizpireta, sensual y encantadora es Joan, una mujer con las cosas tan claras en los 60 es digna de mención, aún recuerdo sus primeras palabras a Peggy, que luego ésta recordaría como uno de los mejores consejos que le han dado y que gracias a eso está donde está (con despacho propio entre otras adquisiciones), o el torniquete al inglés en la tercera temporada, segado por una John Deere en plena oficina, un capítulo maravilloso.
De las frases de la señorita Joan Hollaway me quedo con "One minute you’re on top of the world, the next minute some secretary’s running you over with a lawnmower.” Se lee literal, pero se entiende aplicado a la vida misma.
Peggy se va volviendo calculadora, exigente (con su sueldo) y metódica. Y le suelta a Pete -nunca entenderé aquella relación- su pequeño secreto al final de la segunda temporada, encubierto entre los sentimientos y la vida misma. ¿O no nos ha pasado a todos alguna vez?
"Well, one day you're there, and then all of a sudden, there's less of you, and you wonder where that part went, if it's living somewhere outside of you, and you keep thinking maybe you'll get it back, and then you realize it's just gone."
Una de las frases que más me gustó y con la que me identifico es relativa al trabajo y los ascensos en una empresa, donde la manera en que vendes tu trabajo, no los resultados, sino el proceso en sí, es crucial para sentirte reconocido: "I know that my fault, I always made my work looks easy".
Aunque como todos, Roger es machista, también él ha dejado alguna perla sexista típica de la época: “Remember Don … when God closes a door, he opens a dress.”