Maderas que lucíais de mil hojas, con la fresca sombra de vuestro pelaje

Publicado el 03 noviembre 2012 por Carmen



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Maderas que lucíais del mil hojas, con la fresca sombra de vuestro pelaje
Maderas que lucíais de mil hojas acristianadas, con el nombre de árboles ahora la garra del hombre os tala venenosa palma cual baladre. Sus codicias no cesan y liban, vuestra sangre. Antes, bajo vuestras ramas soñaban ahora troncos, y hojas, al suelo caen.  No miráis al cielo y yo de vosotros, tengo hambre. Corre por el aire, un negro tul, no deja ver, lo mucho que vales. Con sus guerras y sus tramas no tienen tiempo para saborearte; y bebemos a sorbos lo que por suerte, cae del aire. Y el andante viene y va y a miraros, no puede pararse y vienen vientos roncos y no veo vuestro donaire. Y el hombre viene y va y de vosotros, no puede, deleitarse, y presiento, que se extingue vuestra raza,  vuestra belleza, no será palpable, esa, que a todo hombre toca; la fresca sombra de vuestro pelaje.
Carmen Silza





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