Os preguntaréis qué tiene que ver el clima con mi fin de semana en Madrid… pues mucho! Porque las condiciones climatológicas adversas marcaron mi viaje de principio a fin. En el viaje de ida, estuvimos una hora parados en Valladolid, mientras “arreglaban” el tren or something like that. Algo le debió pasar con tanta nieve, pero nadie nos informó de nada. El resultado fue que llegué a Madrid una hora más tarde. Y a la vuelta, cuando todo parecía ir bien, nos informan de que tenemos que cambiar de tren de nuevo en Valladolid Campo Grande, debido a las condiciones del tiempo, ¿pero qué me están contando? si ya no nevaba! En fin… lo peor es que si la culpa la tiene el clima no se hacen responsables, y no puedes reclamar nada por los retrasos… y lo más gracioso es que desde Renfe no te aclaran nada, y sólo se limitan a decir “Esperamos que vuelva a depositar su confianza en nosotros” Nos ha jodido! si queremos viajar en tren no nos queda más remedio…
Dejando a un lado los accidentados viajes en el Alvia, la estancia de tres días en Madrid me ha servido para desconectar y para disfrutar del ambiente navideño de la capital. También aproveché para comprar lotería, terminado en 3, que todos di
En cuanto pudimos, fuimos corriendo a cenar al VIPS, un sitio que me encanta, y que desgraciadamente no puedo disfrutar todo lo que me gustaría, ya que aún no hay en León. Me gusta mucho ese aspecto de restaurante de postín contrastando con los precios más que asequibles de la carta… Después salimos por la zona de Malasaña, por donde nunca me había movido, y la verdad es que tiene mucho encanto.
El domingo comimos en una típica taberna madrileña con sus fotos de toreros y todo, por la zona de Huertas, sino recuerdo mal… Degustamos raciones cien por cien españolas, todo estaba buenísimo, y más regado con una buena sangría! Acabo de comprobar que todavía se me cae la baba al recordarlo…
Pero en apenas tres días no me ha dado tiempo a mucho más. Estar con los amigos (esa era la buena compañía, malpensados!), comer y beber entre risas todos los días, ir de compras (o al menos intentarlo), disfrutar de la vida nocturna de la capital, y pasear por las resplandecientes calles de Madrid, que esconden más encanto que nunca… En tan poco tiempo, no se puede pedir más.