Sus estrellas artificiales , van dando ese color amarillento , sucio , a esta ciudad , que todo lo devora.
Veo gente que camina , desorientada , por encima de esas aceras grises, calientes de tanto trajín vacío.
....Y yo ¿ pinto en el estomago de este monstruo canibal,que devora a sus crías. ?
Edificios llenos de ventanas, ocupadas , como las abejas obreras , ocuparían , si la reina las dejase estar un ratito a lo calentito , solas
Caras sin rostro , con un aparato , mezcla de plástico y latón , pegado a la oreja . Con conversaciones, que nos ahorramos al llegar llegar a nuestra madriguera., pensando , quizás , en no tener que sostener la mirada de unos ojos, que develen , nuestras miserias , nuestra alma ,nuestra verdad.
Madrid.
Un montón de almas solitarias, evitando ese núcleo espiritual , para no pensar, para no ser conscientes.
De lo solo que estamos , de lo poco que somos, de lo poco que significamos , para esta ciudad, que maneja a su antojo, nuestras estúpidas y vacías vidas.
la grandeza de las cosas sencillas