Madrid en abrazos.

 Madrid fue algo mágico. Volvería a ir una y otra vez, con tal de respirar ese aire puro de la noche, o repetir charlas hasta las tantas con amigos de teatro. Hace poco me preguntaron que que era para mi Madrid? Y ahora lo sé Madrid para mi es el sitio donde los sueños se cumplen, donde las cosas empiezan y donde te sientes arropada por toda la gente que hay en la granvia. Madrid es magia, es un lugar donde puedes cerrar los ojos, soñar y dejarte llevar. Me acuerdo que pise el hotel hesperia de Madrid un hotel mágico por lo que sucedió ahí y lo feliz que me sentí. Supongo que cuando llegas a un sitio, y te sientes bien, te sientes feliz no te quieres ir. Me sentí arropada por mucha gente, me dieron abrazos, besos en la mejilla de esos que no se olvidan.. Se cruzaron muchas miradas, pero sobre todo hubo una que me encandiló lo conocía de vistas pero esa noche hubo algo en sus ojos en donde me demostró, que la felicidad se vive en el momento que estas viviendo. Y yo a su lado sentada en aquella silla de aquel bar la vi, vi la felicidad pero esa noche me sentí especial por un momento, me sentí como si hubiera alguien capaz de hacerme feliz, y lo hizo. No sé porque, pero me sentí especial en esa noche, me sentí feliz compartiendo un rato de charla y de vino blanco.Fue todo tan rápido, paso tan deprisa que ni me acuerdo de como se llamaba, pero si me acuerdo de lo especial que me ha hecho sentir madrid. La calle del sol me enamoró y la plaza mayor igual, había gente capaz de hacer lo que fuera por ganarse sus habichuelas, en medio de los 30 grados al sol, como llenarse de tierra y barro hasta que se queda pegado en la piel y quedarse quieta, inmobil, hasta que alguien le eche una moneda en ese cuenco verde que la gente suele utilizar para dejar las llaves nada más entrar en casa. O como ese hombre cuyo nombre no se cual es, que se vistió de jesus, de dios con sangre el pelo engrasado y con una cruz a cuestas, o la mujer que había en el suelo con dos trenzas grises con una esponja y un cuenco lleno de jabón esperando que alguien le echará una moneda para hacer funcionar su cuerpo. Y es que esa gente es la que hoy en día para mi es alguien que me demuestra que el amor por el arte no está muerto, que puedes vestirte de cualquier cosa, currártelo y salir a la calle y ganarte tu pan, ese que les cuesta a nuestros padres poner en la mesa para que a ti no te falte de nada a la hora de comer, esa gente son muy valientes. Capaces de conformarse con el amor que tu le des, echándole esa moneda de 20 céntimos que tenemos sueltos por ahí. Madrid es magia, es amor son abrazos.