Madrid está de pena

Ayer volví a acercarme por Madrid (ciudad) con mi familia. Hacía casi un mes que no me pasaba por el centro y lo que ví me sorprendió y desagradó.
Hasta ahora el verano de Madrid - ciudad tenía una seña de identidad: las obras. Agujeros y vallas por doquier marcan año tras año el paisaje urbano de una de las ciudades que más me gustan de entre las que conozco... en condiciones normales, claro. Es de entender que el gobierno local aproveche la época de menos tráfico para realizar sus trabajos... pero no deja de ser un espectáculo un tanto lamentable, que choca frontalmente con la promoción que, de forma cada vez más agresiva, se hace de esta ciudad con el fin de atraer turistas. Cualquier día nos vamos a encontrar un agujero y una grúa en mitad de la Plaza Mayor...
Pues ahora resulta que ha aparecido otra marca propia de Madrid: la basura. La foto es de ayer, domingo de septiembre, hacia las 16h, en plena Plaza de Oriente. Para quien no conozca Madrid, el edificio que se ve al fondo es el Palacio Real, justo a la izquierda está La Almudena (catedral de Madrid), y detrás de la cámara está el Teatro Real (teatro de la ópera de la ciudad). Podréis entender que es un lugar turístico por excelencia... de hecho, es el sitio desde donde el tío Paco (otrora conocido como el Caudillísimo) lanzaba sus famosos "españooooleeeess...".
También os aseguro que la foto no está sacada de contexto. No es primerísima hora de la mañana, ni un lugar apartado, ni una papelera aislada que se le pudo haber olvidado a las brigadas de limpieza. No. Toda la plaza estaba así; todo el centro estaba así. La entrada al parking de la Plaza de España (otro lugar emblemático para el turismo de la ciudad, con su famosa estatua de Don Quijote) estaba inundada de basura.
Vale, es el día siguiente a ese magno evento llamado "la noche en blanco", por el que parece que se promociona pasar una noche en la calle, divirtiéndose sin "molestias policiales". No tengo nada en contra de estos eventos pero nuestras autoridades deberían ser un poco coherentes, y darse cuenta de que no todo es fiesta... que luego hay que recoger y limpiar. Sólo a los niños muy, muy pequeños se les permite no recoger sus juguetes después de usarlos... y Gallardón ya parece mayorcito, ¿no?
Para quien quiera conocer otra forma de administrar una ciudad, recomiendo visitar Oviedo. El alcalde es del mismo signo político que Gallardón (bueno, digamos mejor del mismo partido, pero parece suficiente para evitar suspicacias), pero su deuda -que también la tiene, y buena- la ha utilizado en adecentar y poner presentable una ciudad pequeña, coqueta y muy agradable para sus habitantes. Fachadas limpias, calles aún más limpias, abundantes zonas peatonales, parkings... urbanismo cuidado y con gusto.
Claro que a lo mejor Gallardón se ha gastado todo el dinero posible (lo que tiene y lo que le han prestado) en magnas obras que agranden su aún más magna figura... igual es que ya no le queda nada para mantener su (nuestra) ciudad medianamente limpia y presentable. Me pregunto qué pensaría alguien del COI que pasara un día como ayer por Madrid...
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