By: Charlie Xia
Suena el móvil, son las siete y cuarto de la madrugada de un domingo de verano.–Sí, para que me manden un taxi –voz de hombre joven y perfecto castellano –a la calle San Isidro 10
Estoy medio dormido y aún pienso lento: ¿la calle San Isidro?
–Será el Paseo de San Isidro ¿no?
–Eso, es que no soy de aquí. Es para ir a Alcázar.
–Bien, enseguida voy a recogerte
–¿Cuanto va a tardar?
–Diez minutos
–Bueno, le espero
Por Antonio Huertas grupos de trasnochadores rezagados caminan de vuelta a casa. La terraza de la churrería está de bote en bote. El fresco del día recién llegado resulta bastante agradable.
Hay un grupo de jóvenes sentados en la escalera de entrada al portal del edificio. Al verme llegar, uno de ellos se levanta y se acerca. Le indico que suba y se instala a mi lado.
–Buenos días. A Alcázar de San Juan.
Algo menos de treinta años y barba de varios días. Un acento sudamericano muy cerrado (creo de Colombia) me hace pensar que alguno de sus amigos le hizo el favor de llamar para solicitar el servicio.
Cinturones y arrancamos por D. Víctor. Cada día me sorprende más la cantidad de gente que se recoge a estas horas......Me estoy haciendo mayor.
–¿Sabe donde está la estación de tren?
–Si, claro
–Bien, vivo al lado
Avanzamos buscando el cruce del cuartel.
–¿Habrá algún burguer abierto?
–A estas horas.....como no quieras churros....
–¿No tienen McDonald´s?
–Pues no, pero las churrerías sí están abiertas.
–No, no –tuerce el gesto, definitivamente le desagrada pensar en churros. A mí me desagrada pensar en hamburguesas, pero mantengo el gesto.
Se acomoda en el asiento y al coger la autovía cierra los ojos. No los vuelve a abrir hasta que tomamos la salida para Alcázar.
–Una noche larga –comento.
–Uffff......estoy muerto. En cuatro horas salgo para Madrid. Necesito dormir un rato. En América –no se si se refiere a USA –cuando salimos de fiesta no se nos hace de día. Allí la gente sale antes y se recoge antes.
En el trayecto hasta su casa conversamos sobre su noche de fiesta y de como desapareció con una chica el amigo que tenía que traerlo de vuelta, además de las distintas formas de divertirse de los lugares en los que había vivido.
Le dejo en su puerta y me vuelvo para casa.
Tomo la autovía.
Un chaval agradable.
¿Hamburguesas?. (tuerzo el gesto).
Voy a comprar churros para el desayuno.