Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora; nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de mi vida.
Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas; descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas.
Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, de no responder a las expectativas de los demás. Y, a pesar de ello, quererme mucho.
Cuando me miro al espejo, ya no busco a la que fui en el pasado... sonrío a la que soy HOY.... me alegro del camino andado, y asumo mis contradicciones.
Siento que debo saludar a la joven que fui,con cariño, pero dejarla a un lado; porque ahora me estorba. Su mundo de ilusiones y fantasía ya no me interesa.
¡Qué bien no sentir ese desasosiego permanente que produce correr tras los sueños!
La vida es tan corta y el oficio de vivirla es tan difícil, que cuando uno comienza a aprenderlo, ya hay que morirse.
Yo espero seguir con mi oficio de vivirla y quiero tardar mucho tiempo en aprenderlo...
Hoy, cumplo 42 años y ésta es mi autofelicitación :-)
