Últimamente me he detenido a pensar sobre los maestros de la vida, luego de pensar y pensar sobre ello, he notado que suelen ser más fáciles de encontrar de lo que la mayoría cree; no es que se encuentren debajo de las piedras, sino que hasta las mismas piedras son maestros en esencia, pues todo los que nos rodea puede darnos una gran lección. Simplemente el aprendiz debe estar dispuesto a aprender.
Maestros de la vidaDurante muchos años asistí a psicoterapeutas y durante este tiempo ellos intentaron explicarme una sola cosa, "debía buscar la manera de ser Feliz"; una y otra vez me sentaba incansablemente frente a ellos y les contaba mis preocupaciones, mis problemas recurrentes, continuamente me escuchaban; en cada sesión solo me insistían en dos cosas, como me sentía y que es lo que quería, por supuesto en no lo comprendí entonces y es que en realidad no estaba preparado para hacerlo. Fui durante cuatro años a terapia, y durante el último año, paralelamente asistí a un Psiquiatra, anteriormente no asistía por temor a lo que pudieran decir en mi trabajo, al prejuicio; ocurrió que en el momento que lo anuncie, sucedió algo que en principio me asusto, me llamaron mis superiores para hablar conmigo sobre el motivo o las necesidades que tenía de asistir a estas terapias. Cuando concurrí ante mis jefes y el personal de recursos humanos, por supuesto estaba muy nerviosos, pensé que tal vez podrían llamarme la atención, pero no, ocurrió todo lo contrario, ellos me demostraron su interés y preocupación por saber que me estaba sucediendo y hacerme saber que se ponían a mi disposición en lo que me pudieran ayudar, es decir querían ayudarme a encontrar aquello que me molestaba de alguna manera y no me hacia feliz. Entonces tampoco estuve preparado para entender.
Hoy me doy cuenta, gracias a un gran proceso interno, que la vida está llena de maestros, el problema no se encuentra en la calidad de los maestros o su capacidad para transmitir sus enseñanzas, sino que el problema se encuentra en la capacidad del alumno y su disposición para aprender, es decir, todos somos aprendices, pero no todos estamos preparados para aprender. Comprendí entonces, es que todos somos maestros en la vida, pero solo el verdadero alumno puede aprender.
Maestros de la vidaEl proceso de ser un buen alumno fue muy difícil, hubo muchos maestros en mi vida; no solo los que se han dedicado a intentar enseñarme e instruirme, sino también a habido personas que sin ninguna intención de educarme en nada, he aprendido una gran lección. Noté que mis inquietudes crecieron, y que mi necedad me dejaba ciego, mi super ego no me permitía ver más allá de mis ojos, ni oír más allá de mis oídos, era mi soberbia la que no me permitía aprender, mi desesperanza, mi ansiedad, mi ira por circunstancias que no comprendía, pues no podía comprender que continuamente el mundo completo me estaba dando información y cometía el error de creer que solo aquellos que tuvieran titulo de maestros tenían la capacidad de transmitirme sus conocimientos.
Un día lo vi, y por fin pude comenzar a observar, por que el aprendiz, el alumno de la vida, debe ser capaz de escuchar al prójimo con humildad, ver al mundo como algo bueno, es decir, comprender la motivación y la interacción de los seres que la habitan de manera benevolente.
Explicar cómo se llega al estado de alumno, y como cada uno de nosotros somos maestros me resulta complicado, pero si se que allí está, en cada rincón, en cada momento, justo delante de nosotros; los maestros de la vida muchas veces aparecen con mensajes claros, otras debemos ver más allá, pareciera que hay que descifrar las enseñanzas como si fueran acertijos, pero solo hay que prestar atención y observar simplemente con humildad, empatía, comprensión y amor.
Últimamente la vida me suele cruzar con personas que necesitan que se les escuche y cada vez que lo hago, suelo compartir mis experiencias o mi poca sabiduría. Noté que a la gente le gusta escucharme, y no solo por que se me ocurre, además porque después de cada charla me lo transmiten, me comentan que les gusto mucho charlar conmigo o les agrada la paz que les puedo transmitir, en ese momento me asumen como su maestro. Claramente se puede observar que al escucharme prestaron atención a cada palabra que nació de mi ser y yo al igual que ellos no solo preste atención a sus palabras, sino que además me mantuve observador, de sus ademanes, la intencionalidad de sus palabras y los sentimientos que le ponen a cada una, la selección de frases y palabras que utilizan para expresar sus ideas, logran darnos una pista desde qué situación se posicionan para transmitir el pesar de su vida. Cada uno demuestra en qué lugar está, si ya están cerca o lejos de la iluminación o su objetivo y que tanto han logrado encontrar de su paz interior o aun continúan en su búsqueda. Con todos estos detalles, obtenemos una guía de su ser interior, y de ellos podemos comprender que procesos nos ayudan o nos retrasan en nuestro aprendizaje espiritual, y que tanto ellos pueden estár preparados para escuchar o no, por que es claro no todos estamos preparados y aunque a veces parezca que si, no siempre es así.
Como ya dije antes, la capacidad, o mejor dicho la virtud de un alumno, viene de la serenidad, la humildad y la paciencia, sin estas cualidades ninguno de nosotros lograremos aprender. Otra gran virtud que debería tener un alumno o aprendiz es la capacidad de dudar, cuestionarse siempre lo aprendido, es en esta duda permanente que nos permitirá despertar nuestras ansias de aprender cada ves un poco más.
Maestros de la vidaCreo que no todos estamos preparados para saber verdades absolutas si es que las hay, pues nuestras pequeñas mentes no siempre tienen la capacidad de soportarlas, comprenderlas y/o procesarlas; cada uno de nosotros debemos pasar por varios procesos internos y externos antes de intentar asumir cualquier verdad como máxima; para esto podemos observar a nuestro alrededor a los maestros que están allí, justo para nosotros, aquellos que todo el tiempo llegan cuando más los necesitamos y menos los esperamos, en nuestros momentos más oscuros, trayendo la luz que ilumina el camino. Ante todo debemos ser humildes y estar continuamente pendientes y atentos, por que el universo, dios o la fuente contienen inagotable sabiduría y nos dará justamente lo que necesitamos cuando lo necesitemos, porque solo en nuestros peores momentos sale a la luz nuestra verdadera intención, la angustia, la infelicida; es en esos momentos cuando nuestros deseos se expresan con mayor claridad.
¿Cuál es el motivo de que necesitemos maestros? y ¿porque debemos ser alumnos y aprendices? ¿no basta con saber que queremos ser felices?, aunque para muchos no esté claro, la cuestión es que los aprendizajes se crean al convivir en sociedad. Buscar el propósito de su vida y con quien ser felices se vuelve una odisea; hay muchos factores y circunstancias que provocan variables en cada uno de nosotros, eso abre un laberinto infinito de posibilidades y caminos que recorrer, y los maestros aparecen en él para llevarnos como guías. Faros que nos señalan estos caminos. No es que exactamente estos nos tomen de la mano para recorrerlo, más bien es como una suerte de reseña, pistas o detalles de cómo podemos elegir.
He tenido experiencias donde he observado cómo la gente mayor a medida que se aproximan a sus últimos días de vida, se van dando cuenta de las cosas que realmente eran importantes, de cuál era el verdadero sentido o propósito de su existencia, cuál debió ser su misión en este mundo y quienes fueron los grandes maestros que marcaron su paso. He notado la paz con la que conviven e influencias a los demás, y la alegría que provoca escucharlos hablar, es como una cálida y grata compañía. Todo lo pude comprender solo cuando estuve preparado para hacerlo. No puedo negar que he conocido personas que son o fueron todo lo contrario, personas oscuras y resentidas y que no solo no pudieron encontrar su camino, sino que aun no lo pueden hacer, en ellos veo los maestros más grandes, por que sus enseñanzas se basan en el dolor y en la imposibilidad de resolver situaciones que la vida les presentaba, es de estas experiencias de vida, que el que sabe escuchar aprende, se puede notar la carga pesada que tienen estas personas y el lamento de no haber sabido hacer las cosas mejor, a tiempo, de no haber amado más o temido menos y hacer más de aquellas cosas que lo hacían feliz, es ahí cuando el dicho "Es preferible morir de pie antes que arrodillado" toma sentido, es ahí donde se comprende la frase "Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", o "Vive hoy por que mañana será tarde".
Maestros de la vidaEncontrar los maestros y aprender de ellos es nuestra misión, ser un buen alumno o aprendiz es nuestra meta; nunca sabemos a ciencia cierta quienes nos van a dar una gran lección de vida o un gran mensaj; debemos estar atentos, me ha sucedido en más de una ocación que de quienes menos esperaba me aleccionaban, puede resultar ser un adolescente con grandes dudas o un adulto enojado en la vía pública queriéndose pelear por algún tipo de infracción, de una persona con una vida indeseable e ilegal o simplemente ignorantes de cualquier índole, racistas o extremistas; quien sea, todos son maestros en una u otra medida y solo hay que saber leer.
La visión que tengas del mundo será el manual para traducir o encontrar el acertijo y tu deseo de ser feliz será tu motivación.
Buena suerte en tu camino.