Lunes 18 de enero, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, "Conciertos del Auditorio": Rundfunk-Sinfonieorchester Berlin (Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín); Ricarda Merbeth (soprano), Robert Dean Smith (tenor), Martin Snell (bajo); director: Marek Janowsky. Obras de R. Strauss y R. Wagner.
La primera parte la ocupó Tod und Verklärung (Muerte y transfiguración) Op. 24 de R. Strauss, sobrecogedora partitura con una interpretación pulcra, intensa, maciza en su sonoridad y a la vez llena de momentos con una delicadeza pasmosa en una formación que supera el centenar de músicos. El maestro polaco la dirigió de memoria a una orquesta con la que ha conseguido (y sigue) cimas interpretativas como esta del lunes, simbiosis deseada entre músicos. Sin llegar a ser el titular de El Norte de Castilla que dice "Janowski y la Sinfónica de la Radio de Berlín cantan a Strauss" (¿errata o retórica?) anunciando el del pasado sábado en Valladolid con el mismo programa -que continuarán en su gira española por San Sebastián el miércoles 20- sí tiene de cierto que el director hace "cantar" a su orquesta con unos matices increíbles para una formación tan numerosa. La interpretación de esta página sinfónica fue lo mejor del concierto (así lo reconocía "interneteando" mi Tocayo Gallego), y el final nos fue acongojando en ese alargar disminuyendo el último acorde, logrando el "milagro" de no arrancar aplausos tras el giro de batuta, permitiéndonos "degustar" esa transfiguración que cierra el círculo de la propia vida...
Esta tarde de lunes escuchamos el Acto I de Die Walküre (La Valquiria) de R. Wagner con unas voces buscadas ex-profeso para cada uno de los roles protagonistas del mismo: la soprano Ricarda Merbeth (Sieglinde), el tenor Robert Dean Smith (Siegmund) y el bajo Martin Snell (Hunding), con quien quiero comenzar, reconociendo que estuvo "mejor" que en su última y reciente "visita" navideña a Asturias para El Mesías, y que personalmente me reconocía antes del concierto, ante un café, que "no estaba en plenitud de facultades". Un hombre simpático ataviado cual leñador neozelandés -camisa de cuadros y pantalón de pana- zampándose un buen bocadillo para reponer fuerzas antes de su breve pero intensa intervención, siempre al lado de los contrabajos pero con buena proyección de su voz, rotunda y de timbre adaptado a su papel con una dicción correctísima.
Curiosamente quien mejor puede definir el concierto de Oviedo es EMECÉ, en la crítica del celebrado en Bilbao: "¡Uff, qué barbaridad!".
Sobre titular la entrada en alemán no es snobismo, es que "me salió del diccionario": hecho a la medida.
P.D. 1: Reseñas del concierto en LVA y comentarios de Pablo Gallego en LNE el martes 19.
P.D. 2: Críticas de mis habituales Aurelio M. Seco en LVA, y Ramón G. Avello en El Comercio más la de Joaquín Valdeón en LNE el miércoles 20.